La mala
memoria
Ramón Díaz-Marzo
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - ¿Qué le habría
ocurrido a John Lennon si en vez de nacer en Inglaterra, hubiera nacido en Cuba
y durante la década de los años 60 y 70 del siglo pasado le
hubiera tocado ser un joven cubano común?
¿Qué habría pensado John Lennon de la revolución
cubana si, laborando como auxiliar de limpieza en el Hospital General "Calixto
García", y habiéndosele presentado la oportunidad de estudiar
guitarra en una Escuela de Arte, y habiendo solicitado la baja del hospital para
cambiar el palo de trapear por una guitarra, las autoridades del Hospital le
respondían que por una sabia medida del Gobierno no podían
liberarlo?
¿Y si, siendo Lennon un rebelde, se hubiera incorporado de todas formas
a esa escuela de arte, abandonando su puesto de trabajo, pensando que los
mecanismos burocráticos de la revolución no podrían
considerarlo un vago (de acuerdo a la ley 1231 Contra la Vagancia) por estudiar
guitarra? ¿Y si, un mal día, cuando abriera la puerta de su casa, se
hubiera encontrado cara a cara con dos policías pertenecientes a un
equipo de Búsqueda y Captura, y se lo hubieran llevado detenido, arrojándolo
sin explicaciones a un calabozo donde permanecería sin bañarse ni
afeitarse tres días, al cabo de los cuales lo presentarían ante un
Tribunal improvisado en la Habana Vieja donde un Presidente, al que le decían
"Bárbaro", después de leer unos absurdos documentos de
acusación lo condenaban a cortar caña durante 6 meses fuera de la
Habana?
La Mesa de Redonda del día 7 de diciembre ha despertado en mí
algunas reflexiones que deseo compartir con ustedes. De estas Mesas Redondas, si
Ud. es un asiduo espectador del problema cubano, tendrá referencias. Se
trata de un grupo de periodistas y especialistas de diversos temas que se reúnen
de Lunes a Viernes durante una hora y treinta minutos. Yo casi siempre las veo,
porque es la única oportunidad que tengo de ver materiales televisivos de
otras partes del mundo.
Mi reflexión despertó cuando el crítico de cine Rolando
Pérez Betancourt comenzó a recordarnos lo que había
ocurrido en los Estados Unidos en la época del macarthismo. De cómo
el FBI le abrió un expediente a casi todos los actores de Hollywood que
pudieran ser sospechosos de pertenecer al partido comunista norteamericano o
ser, ingenuamente, filocomunistas; de cómo persiguieron a Charles
Chaplin; de cómo el FBI introdujo agentes encubiertos en lugares que John
Lennon frecuentaba, haciéndole la vida un poco difícil por el
acoso policiaco.
Y mientras el Sr. Betancourt nos recordaba un hecho histórico que fue
cierto, yo me fijaba que el público que asistió en apoyo a esa
Mesa Redonda era nada más y nada menos que una parte importante del alto
mando político de la actual Cultura Cubana dentro de la Isla. Y me
pregunté: ¿la lógica no indica que a estos hombres y mujeres
que representan la élite actual de la cultura cubana y que públicamente
han declarado sus simpatías por el socialismo de Cuba, a pesar de ello,
también pudieran tener un expediente abierto por los Organos de la
Seguridad del Estado de Cuba?
Me resulta fantástico que el actual gobierno de la Isla esté
convirtiendo a John Lennon en uno de los suyos sin antes pedirle perdón a
varias generaciones de jóvenes cubanos que fueron destruidos en los
Campos de la UMAP en los años 1960 y 1970.
Creo que los verdaderos artistas e intelectuales de todos los tiempos
siempre han estado en guardia ante los políticos. Han estado en guardia
para cuidar su alma, para no correr el riesgo de perderla; pues sin alma, es
imposible crear. Si John Lennon hubiera nacido en Cuba jamas le habrían
permitido formar un grupo tan importante como The Beatles. Este grupo se formó
porque nació en tierras de libertad y democracia, pero hubiera sido
imposible en Cuba, o la Alemania de Hitler o en la Unión Soviética
de José Stalin.
Ramón Díaz-Marzo es el autor de la novela "Cartas a
Leandro", publicada por CubaNet.
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