Publicado el 7 de diciembre de 2001 en
El Nuevo Herald
En silencio Elián cumple 8 años
Associated Press. Cardenas, Cuba
Retraído y silencioso, el más joven y mundialmente conocido náufrago
cubano Elián González celebró ayer su octavo cumpleaños
con un fiesta de payasos y pastel.
Sentado en primera fila, Elián observó en silencio la fiesta,
interrumpida brevemente por una llovizna y de la que se ausentó Fidel
Castro.
Esta vez a la fiesta escolar asistió el presidente del Congreso,
Ricardo Alarcón, según constató un periodista de la AFP en
el lugar.
Esa tarde y por unas dos horas, a corta distancia de su padre, Juan Miguel
González, y los dos hermanastros del balserito, un Elián más
tranquilo batió las palmas al compás de algunas canciones y
respondió a algunas adivinanzas formuladas por animadores infantiles.
Junto al resto de sus compañeros de colegio, vestidos todos con sus
uniformes escolares de pantalones cortos vino tinto, camisas blancas y pañoletas
azules, los chicos culminaron la fiesta cantando desde sus sillas el cumpleaños
feliz para Elián y otras dos niñas de la escuela que también
celebraban su octavo aniversario, y soplar los tres una sola vela en forma de número
ocho, colocada sobre un gran pastel blanco.
Aunque el gobierno de Castro ha mantenido a Elián y a su familia
alejado de los medios, sus cumpleaños, o actos como el inicio de un nuevo
año escolar, generalmente son cubiertos por la prensa, cuando el chico es
rodeado de fotógrafos y camarógrafos.
Con el festejo, los medios oficiales cubanos han dicho que se busca recordar
que el cumpleaños de Elián, que celebró en Miami en 1999,
marcó el inicio en Cuba de multitudinarias manifestaciones, marchas que
no han cesado con el regreso del balserito.
Aumenta el número de muertos por el derrumbe de un edificio
Rescatadas 15 personas entre los escombros
Efe. La Habana
Cuatro muertos y cuatro heridos es el resultado preliminar de las víctimas
ocasionadas por el derrumbe de un antiguo edificio ocurrido el pasado miércoles
en la céntrica barriada de Centro Habana, según informó
ayer una fuente oficial.
Los fallecidos fueron identificados como Ricardo Pérez Rojas, Inés
Oviedo Herrera, Hilda Rivero y el niño Adelkis Lacera Peñalver, de
acuerdo con una nota publicada en el periódico oficial Granma.
Los cuatro heridos se encuentran internados en el hospital habanero "Calixto
García''.
Otras 15 personas que habían quedado atrapadas fueron rescatadas en
un área del edificio de cinco plantas que no se desplomó.
El viejo edificio situado en la intersección de las calles Aguila y
Barcelona, en el populoso barrio de Centro Habana, había sido declarado "inhabitable''
desde septiembre pasado, y se derrumbó en las primeras horas de la
madrugada del pasado miércoles.
Ayer continuaban las labores de búsqueda de otras víctimas y
según el Jefe del Cuerpo de Bomberos de la Isla, coronel Bienvenido
Rafoso, al frente de las labores de salvamento y rescate, existían aún
posibilidades de que otras personas se encontraran entre los escombros.
El jefe de los bomberos consideró el miércoles que no menos de
36 horas serían necesarias para evacuar los escombros, calculados
aproximadamente entre 3,500 y 5,000 metros cúbicos.
Las cifra de personas que podrían haber quedado bajo los escombros no
ha podido ser precisada, porque, según las autoridades, los 129
habitantes del inmueble estaban evacuados en albergues, y un pequeño
grupo se había ido a vivir con familiares o allegados.
Noticia relacionada
Varios muertos por derrumbe en Centro Habana /
AIDH
Andy García en el juego de 'Ocean's Eleven'
Charles Cotayo. El Nuevo Herald
Las Vegas, Nevada, es un lujoso paraíso de diversiones para millones
de personas todos los años. En la nueva película de Steven
Soderbergh, Ocean's Eleven, el juego que 11 hombres quieren ganar en grande no
es la ruleta o blackjack. Un equipo de estafadores sofisticados, encabezado por
los personajes interpretados por George Clooney y Brad Pitt, tiene otro blanco
en mente: una "impenetrable'' bóveda con más de $150
millones, procedentes de tres casinos controlados por el magnate Terry Benedict.
Ocean's Eleven, que se estrena en los cines desde hoy, distribuida por
Warner Bros., es una divertida, brillante y meticulosamente dirigida aventura
sobre los extremos a que esta banda de foragidos llega para convertirse en
multimillonarios --si no pierden la vida en el ultrapeligroso proceso.
Soderbergh, ganador del Oscar como mejor director en el 2000 por la
impactante Traffic, ha creado otro clásico y la mejor película de
heist (robo a gran escala) en la historia del cine.
Hay muchas películas del género, pero ésta es un
modelo. El guión de Ted Griffin es un plano arquitectónico a
prueba de balas en el que no se escapa el mínimo detalle: desde la búsqueda
de los jugadores principales, que incluye expertos de computadores, de sistemas
de vigilancia, y de explosiones, hasta la ejecución de un esquema de alto
riesgo tan perfecto que los ladrones se convierten en verdaderos héroes.
Pero el que se roba la película no es Clooney o Pitt o Matt Damon, o
Julia Roberts en un estupendo papel que demuestra lo que una gran actriz puede
lograr con un personaje "pequeño''. La verdadera estrella en esta
constelación de superestrellas hollywoodenses es el actor cubanoamericano
Andy García, en el papel de Benedict. Este es un hombre que se viste
impecablemente como un señor de la nobleza, se mueve con la agilidad de
un tiburón y se comporta con la finesse de un príncipe maquiavélico.
"Mi primera imagen del personaje fue la de un tiburón Mako del
Pacífico'', dijo García en entrevista desde Los Angeles. "Cuando
ataca es sumamente preciso''.
La precisión del trabajo de García en Ocean's Eleven es una
especie de milagro: despiadado, pero controlado, un villano del que cualquier
mujer se enamoraría, aunque su verdadero amor es el dólar.
El año pasado, Benicio del Toro, bajo la dirección de
Soderbergh, ganó un Oscar por Traffic. En los premios de la Academia del
2002 sería casi imperdonable que García no reciba la estatuilla
dorada por su fluida actuación en Ocean's Eleven, de la que se puede
decir posee la textura de la seda fina.
"Steven es un director extraordinario'', subraya García. "Ha
dedicado su vida al estudio y el conocimiento de la cinematografía y trae
una enorme capacidad intelectual al filme. Está completamente dentro del
cuerpo de la película''.
García lo clasifica como una combinación de behaviorista con
un gran ojo cinematográfico y un agudo sentido del humor.
Todas esas características se manifiestan en esta deliciosa cinta que
no deja de entretener y fascinar desde el primer momento hasta el final.
Es difícil para García decir cuál de sus películas
es la preferida. Para él cada una es como una hija.
"Lo verdaderamente importante para mí es el proceso de realizar
una película'', afirma García. "El proceso creativo y las
memorias son las cosas que se quedan conmigo''.
Sobre su experiencia en Ocean's Eleven, donde trabajó hombro junto a
hombro con un elenco compuesto por algunos de los artistas más
importantes y taquilleros de Hollywood, García plantea que fue una labor
de equipo.
"Todos los actores en la película fueron extremadamente
generosos'', dice García. "Fue maravilloso ver ese tipo de
generosidad y respeto que resultó en verdaderas amistades''.
García utilizó la metáfora de estar juntos en las
trincheras cuando se filma una película.
"De ahí proviene la unión'', recalca García.
Esa unión es evidente en Ocean's Eleven, que da la impresión
de una película hecha por personas que realmente saben lo que hacen y se
divierten en el proceso. El resultado es una película sin desperdicio,
extraordinaria y refrescantemente ligera, sin olvidar el factor humano que evita
que los personajes se conviertan en meras caricaturas.
Algo que García le ofrece al espectador es la impresión de que
uno sabe lo que su personaje está pensando, sin tener que decir una
palabra, cualidad que siempre ha distinguido a los grandes actores del cine.
"Como actor tienes que vivir verdaderamente dentro de circunstancias
imaginarias. Tengo que creer que estoy en esa situación'', dice García.
"Emocionalmente, tiene que ser real para mí. Eso es lo que conmueve
al espectador y le da resonancia al personaje''.
Uno de los aspectos interesantes e importantes de la participación de
García en Ocean's Eleven es que interpreta a un personaje que no es
hispano. Benedict pudiera ser de cualquier nacionalidad, y Soderbergh tuvo el
buen gusto de no hacer referencias culturales, como se ve muy frecuentemente en
películas con latinos, en las cuales la cultura de los actores es
enfatizada ad nauseam.
En Ocean's Eleven lo que enfatizan es la sicología de los personajes,
y ése es otro mérito sobresaliente no sólo de la cinta,
sino del mismo director.
"[Steven] es muy plácido y extremadamente enfocado sin ser
tenso'', comenta García. "Aprecia y admira a los actores y disfruta
verlos en acción''.
Ocean's Eleven es una película que lo tiene todo: acción,
suspenso, comedia, intriga, momentos de romance, inteligencia, magnífica
fotografía y edición, y un vestuario contemporáneo
impecable. El vestido dorado de Roberts la transforma en un ícono.
Quizás el único fallo que tiene la película es que
termina. Pero el espectador no se siente defraudado. Sale del cine satisfecho y
con la sonrisa de quien se ha ganado el jackpot en un casino de Las Vegas.
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