Publicado el 5 de diciembre de 2001 en
El Nuevo Herald
Acuerdan la compra de arroz a Vietnam
Associated Press. La Habana
Cuba, que ya firmó acuerdos con empresas de Estados Unidos para la
compra de arroz, adquirirá 250,000 toneladas de ese grano de Vietnam.
"En el 2002, sean cuales fueren las dificultades, no le faltarán
los alimentos y las medicinas a nuestro pueblo'', dijo ayer el oficial diario
Granma al reportar la firma del acuerdo de compra de arroz entre la isla y
Vietnam.
Vietnam "suministrará a nuestro país 250,000 toneladas de
arroz que garantizarán el 55% del consumo que requerirá nuestra
población el próximo año. Los contratos fueron suscritos en
términos favorables para Cuba, a precios satisfactorios y en los plazos
convenientes a lo largo del año'', agregó el diario sin ofrecer
otros detalles de la operación.
El acuerdo de venta con Vietnam fue suscrito el lunes por la noche en La
Habana entre Alimport, la agencia cubana encargada de adquirir alimentos, y la
vietnamita Vinafood-1, añadió Granma, órgano oficial del
Partido Comunista de Cuba. Al acto de firma acudieron el gobernante Fidel Castro
y el viceprimer ministro ejecutivo vietnamita, Nguyen Tan Dung, que encabeza una
delegación de visita en Cuba desde el viernes pasado.
Delegados de ambos países firmaron también otros dos acuerdos:
un convenio para la donación de una línea de ensamblaje de
televisores, así como el desarrollo conjunto para la introducción
de la televisión digital en Cuba y la producción de televisores
solo para la exportación al área del Caribe y a Latinoamérica.
Un tercer acuerdo es un programa de cooperación para el desarrollo de
la producción popular y familiar de arroz en Cuba, indicó Granma.
El mercado potencial de arroz en Cuba es de unas 600,000 toneladas anuales,
la mayor parte importada actualmente desde Asia. Vietnam es el segundo mayor
exportador mundial de ese grano, después de Tailandia.
Castro invita a intercambiar información sobre terrorismo
Washington poco interesado en la propuesta
George Gedda / Associated Press. Washington
Cuba ha propuesto compartir información sobre terrorismo con Estados
Unidos, pero se ha encontrado con su falta de interés, en parte por su
oposición a la campaña militar aérea en Afganistán.
Durante conversaciones sobre temas migratorios realizadas el lunes en La
Habana, el lado cubano invitó a realizar un "intercambio de
información sobre terrorismo'', pero la delegación estadounidense
dijo que el diálogo no era un foro apropiado para discutir el tema, indicó
un funcionario del Departamento de Estado.
El funcionario destacó que el gobierno estadounidense ha declarado
previamente que no considera a su vecino comunista como un posible socio en la
lucha contra el terrorismo.
El gobernante Fidel Castro expresó su horror ante los atentados
terroristas del 11 de septiembre, pero se opone firmemente a la campaña
militar encabezada por Estados Unidos contra el régimen talibán de
Afganistán y la red terrorista AlQaida.
El 13 de noviembre, el canciller cubano Felipe Pérez Roque dijo en un
discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que la guerra en
Afganistán parecería ser en contra de niños, civiles y
hospitales de la Cruz Roja, y no contra el terrorismo.
El segundo representante de Estados Unidos ante la ONU, James B. Cunningham,
describió el comentario de Pérez Roque como "espantoso''. El
gobierno estadounidense ha reconocido que han muerto civiles a consecuencia de
los bombardeos, pero dijo que se ha tratado de evitar tales incidentes.
Poco después de los atentados del 11 de septiembre, Estados Unidos
invitó a las naciones latinoamericanas, incluida Cuba, a ayudar a la
coalición contra el terrorismo. La Habana proporcionó una serie de
documentos que fueron considerados carentes de valor por el Departamento de
Estado.
Europa firme en su posición
Pablo Alfonso
El presidente del gobierno español, José María Aznar,
acaba de echar el clásico jarro de agua fría sobre las recién
concluidas conversaciones entre Cuba y la Unión Europea, celebradas en La
Habana el pasado fin de semana. Para decirlo más claramente, le dio a
esas conversaciones un toque de realismo.
Aznar, aseguró el martes en Praga, que la Unión Europea (UE)
no tiene prevista ninguna modificación de su postura común en
relación con Cuba, que se ha venido renovando cada seis meses desde 1996 "y
se va a mantener, porque no existe en este momento ninguna previsión de
modificación de esa posición''.
Aznar hizo tales afirmaciones en el marco de una conferencia de prensa
conjunta con el primer ministro de la República Checa, Milos Zeman, al
ser preguntado por la posibilidad de que la UE estudiase fortalecer la ayuda a
los grupos de la oposición democrática cubana.
Sus declaraciones cobran especial significación teniendo en cuenta
que España asumirá el próximo mes de enero la presidencia
rotativa de la Unión Europea; sobre todo luego de que La Habana ha
proyectado como un éxito de su diplomacia una supuesta reanudación
del diálogo político con la Europa comunitaria.
El pasado sábado y domingo, representantes de la UE y del régimen
castrista se reunieron en La Habana, en un intento por retomar el diálogo
político que Cuba canceló unilateralmente en 1996.
Desde un principio, los analistas europeos de la situación política
cubana calificaron esas conversaciones, auspiciadas por el gobierno de Bélgica,
como un inútil ejercicio diplomático.
Inútil porque la UE no va a violentar sus normas para favorecer a la
dictadura cubana. La vigencia de los derechos políticos y el
pluripartidismo son, entre otros, dos requisitos esenciales que la UE mantiene
como condición para otorgar ayuda financiera y relaciones económicas
preferenciales, a los países integrados en el llamado Acuerdo de Cotonou
(antiguo Pacto de Lomé).
Para los castristas esos requisitos de la UE suponen "una intromisión
en los asuntos internos del país y una violación de la soberanía
nacional''.
Sin embargo "la lógica'' de la dictadura cubana carece de todo
fundamento. En honor a la verdad, no se trata de lógica sino de sofisma y
demagogia política.
La UE no aplica sanciones económicas a los países que no
comparten sus puntos de vista democráticos, pero como cualquier otro país
en particular, tiene todo el derecho a establecer los términos bajo los
cuales otorga ayuda financiera y relaciones económicas ventajosas.
Sin duda la UE utiliza esos medios para promover su agenda en los países
de Asia, Africa y el Caribe, con los cuales mantiene relaciones económicas.
Una agenda democrática que promueve el respeto a los derechos humanos y
la existencia de partidos políticos. Es una práctica política
sustentada en la colaboración.
En este contexto vale la pena recordar que el castrismo, que rechaza hoy esa
práctica de la UE y la califica de ingerencia, utilizó también
sus métodos particulares para promover la ideología
marxista-leninista en Asia, Africa y América Latina en la década
de los 60 y 70. Aquélla fue una práctica política
sustentada en la subversión guerrillera y en la promoción de la
violencia, aunque la dictadura cubana la titulara entonces de "internacionalismo
proletario''.
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