Alkaseltzer
Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - La hipótesis cubana sobre la
Asociación de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es que este
modelo de intercambio comercial conducirá irremediablemente a la pérdida
de la independencia nacional y, como consecuencia, a la anexión de
nuestros empobrecidos pueblos a la gran potencia económica que es Estados
Unidos.
El diferendo político entre Cuba y Estados Unidos ha abierto un
abismo de dimensiones tales que Cuba es el único país que quedaría
excluido de la asociación, no por razones comerciales, sino por aspectos
políticos.
De establecerse en Cuba un sistema político de carácter democrático
cesarían los obstáculos que hoy impiden la incorporación
del país a la Asociación de Libre Comercio. Pero el obstinamiento
del gobierno en mantener un régimen cerrado a todo cambio político
es el óbice fundamental. Mientras todos los países de América
se abren a la democracia y el pluralismo, el gobierno cubano se mantiene en una
posición de franco absolutismo, que no permite la más mínima
apertura para un sistema civilista.
De nada han valido los compromisos contraídos en las Cumbres
Iberoamericanas, de nada han servido las sugerencias de mandatarios de otros países,
de nada han auxiliado las peticiones del Santo Padre. Cuba se mantiene
inalterable. Cuarenta y dos años de gobierno unipartidista, sistema
eleccionario diseñado para el permanentismo político y una Oposición
impedida de toda interacción con la sociedad, lo que la torna ineficaz.
En esas condiciones habla de libertades y soberanía. En esas condiciones
pretende influir sobre los países restantes del continente, cuya dolencia
fundamental es la orfandad económica.
Dementes serían los gobiernos americanos que dieran por acertada la
hipótesis cubana sobre el anexionismo por medio del ALCA. No es menos
cierto que las diferencias tecnológicas, la competitividad de las grandes
industrias, el entrenamiento comercial de los países más
desarrollados serían un gran reto para las desfallecidas economías
americanas, pero no es menos cierto tampoco que esta parte del mundo requiere
inversiones de un capital financiero que no posee, y que el único modo
posible de obtenerlo es la Asociación de Libre Comercio.
No dudo que algunas industrias locales, poco competitivas, padezcan los
embates de un comercio, quizás, desigual; mas tampoco dudo que, a fin de
cuentas, las economías nacionales se fortalezcan con su incorporación
a la modernidad de un mundo cada día más interdependiente. Ninguna
economía aislada puede sobrevivir en las condiciones económicas
actuales del mundo.
La Asociación de Libre Comercio para las Américas (ALCA) puede
ser el Alkaseltzer para las dolencias de nuestra América. Que tenga
contraindicaciones, ¿qué medicina no las tiene? A veces no hay más
remedio. Y de lo que sí estoy seguro es que el modelo cubano no ha
resuelto los problemas económicos de su pueblo.
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