Medicina
verde
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Después del inicio de los
90, por allá cuando empezó el período especial, fue que tomó
auge la propaganda sobre la medicina verde en Cuba.
En realidad, los medicamentos a partir de elementos de plantas medicinales
resultan un producto mucho más natural que otros fármacos
obtenidos por síntesis química. Además, la época de
las aspirinas rusas, las penicilinas chinas, los ungüentos vietnamitas y
los bacilos búlgaros hoy pertenece al pasado, y no queda más
remedio -¿de cuál otra forma si no?- que echarle mano a la medicina
verde.
El resultado de la visita del médico de la familia -en muchos casos
de su familia- cuando hay enfermedad, culmina con un discursito que suena
indolente y tecnicista para quien lleva dos o tres días de padecer
involuntariamente una temperatura de 38 a 39 grados Centígrados, malestar
por todo el cuerpo, así como una alteración olfativa y gustatoria
que induciría a ilusionar a una nonagenaria virgen con un embarazo algo
tardío.
Ya en este punto, le toca hablar al galeno: "Sabes, es un proceso
viral, dura de cinco a siete días, los análisis están
dentro de los niveles normales, no tengo otra indicación más que
la de hacer reposo, tomar mucho líquido, tomar aspirina para bajar la
fiebre".
Le aseguro, si usted pasa por esto mismo que pasé yo, lo único
que se le puede ocurrir es interrogarse sobre qué le queda en el
refrigerador para resistir al enemigo viral invasor.
Hacen falta refrescos, jugos, alimentos ligeros frescos, varios cuartos de
pollo, leche, fideos... pero, ¿cuánto cuesta este equipo de apoyo
para intervención rápida? No menos de veinte dólares: ¡unos
520 pesos cubanos!, al cambio vigente.
Entonces, se podrá acostar para hacer el reposo debido, tomar todas
las aspirinas del mundo sin que te abran un hueco en el estómago, sortear
todos los ascos en catálogo y esperar de esta forma el Séptimo Día,
como si fuera el mencionado en el Génesis.
En fin, que la medicina verde sólo prospera en el bolsillo del que la
tiene. Pues, por muy controvertido que pueda sonarle, en Cuba la salud pública
es gratuita, pero la medicina... ah, eso ya es otra cosa. Hay que tener dinero.
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