El
descarnado tema del consumo de carnes en Cuba
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, abril - Aunque voceros del gobierno han expresado repetidamente
que el pueblo cubano es uno de los mejores alimentados del mundo, semejante
afirmación queda desmentida por las insignificantes cantidades de carne
que pueden consumir los nacionales.
Los residentes del municipio Arroyo Naranjo aún esperan que les
vendan la ración de "mortadella" que el semanario "Tribuna
de La Habana" anunció se expendería a partir del primero de
abril.
Es necesario aclarar que la venta de "mortadella" es irregular y
cuando se suministra a los comercios es regulada a razón de media libra
per cápita. Además, su calidad es pésima.
Una encuesta efectuada a residentes de este municipio capitalino arrojó
que nadie, ni siquiera los que la distribuyen, saben a base de qué está
elaborada la "mortadella".
"Unas veces está mejor que otras", declaró una de
las fuentes, lo cual evidencia que las irregularidades no se limitan a la
frecuencia, sino también a la calidad del producto.
Por su parte, otro de los encuestados explicó: "Siempre que
ingiero la llamada 'mortadella' mis dientes se exponen a partirse pues tiene
unos trozos de algo duro, parecido a pedazos de hueso, que nadie ha logrado
identificar. Hay que comérsela con mucho cuidado".
En cuanto a la carne de res baste decir que se le vende a los cubanos tres
veces al año a razón de media libra per cápita.
De pollo, cuyo suministro demora ocasionalmente hasta 60 días, las
ventas se limitan a media o una libra por persona.
La distribución del pescado congelado es tan irregular que hace meses
los capitalinos no lo comen. Cuando lo venden es a una libra per cápita.
Este producto es sustituido por pescado enlatado de importación (latas
de 320 gramos) que se vende mensualmente y la cuota para una familia de cuatro
personas es de tres latas.
Cuando alguno de estos productos llega a los comercios de la capital, desde
que la gente avizora el camión distribuidor echa mano a la libreta de
racionamiento y a una bolsa de nylon -porque ni cartuchos para envolver hay en
los establecimientos estatales- y empieza a hacer fila para poder adquirirlo.
La muchedumbre en derredor de los comercios que venden productos regulados
por la libreta de racionamiento es un infalible indicador de que "algo vino",
como suele decir popularmente el cubano de estos tiempos.
En contraste con esta situación de escasez y miseria, los
establecimientos estatales dolarizados están surtidos con una tremenda
variedad de carnes y pescados.
Esta crisis de las carnes y de los alimentos en general es la que obliga a
los cubanos a recurrir al mercado ilegal -llamado "bolsa negra"- para
tratar de alimentarse mejor.
En este instante los vendedores que integran la popular bolsa negra venden
la carne de res a 35 pesos la libra y la de pollo entre 20 y 25 pesos. El
salario promedio mensual en Cuba, según datos del gobierno, es de 249
pesos.
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