Nueva forma
de explotación en el turismo
Dolores Iglesias, Coordinadora Obrera Cubana
LA HABANA, abril - Desde hace varios años funcionan en Cuba las
escuelas especializadas de formación de personal para el sector del
turismo, con gran auge en los últimos tiempos debido a la desesperada
lucha del gobierno cubano por lograr paliar la grave crisis económica del
país con el desarrollo del turismo extranjero. Este sector es el más
codiciado por la población laboral debido a las propinas que pueden
obtenerse y a las relaciones que se establecen con extranjeros, (el salario
oficial que reciben los trabajadores es insignificante).
El pasado día 20 de marzo se realizó el acto de graduación
de estudiantes de una de las escuelas de Cubanacán radicada en el Hotel
Sevilla de Ciudad de La Habana. En el acto se les explicó a los graduados
que para obtener el título y la consiguiente posibilidad de trabajar en
un hotel turístico debían cumplir tres condiciones:
1. Trabajar en un hospital durante tres meses ejerciendo la especialidad
estudiada en la escuela de turismo. (Cocinero, limpia pisos, mucamas, etc.)
2. Realizar una "previa" de otros tres meses recordando lo que
estudiaron y posiblemente olvidaron durante su estancia en los hospitales,
teniendo en cuenta las pésimas condiciones en que se encuentran los
mismos.
3. Realizar una pasantía de dos meses en un hotel que le asignen para
ejercitar la profesión.
La otra condición, por supuesto implícita y omnipresente, quedó
reflejada en una estúpida pregunta que realizara al auditorio el Dr.
Carlos Dotres, Ministro de Salud: "¿Quién de ustedes no es
revolucionario? Que levante la mano el que no sea revolucionario".
Por supuesto que durante esos 8 meses no reciben los graduados ni siquiera
un estipendio para sufragar sus gastos. A la solicitud de uno de los graduados
que vive en Alamar, tiene un hijo pequeño y no tiene recursos económicos
para enfrentar estos ocho meses, el mencionado Dr. Dotres le expresó: ¿Qué
le pidió a usted la revolución para que pudiera hacer esos
estudios?. Al mencionar la palabra mágica "revolución",
por supuesto que la discusión llegó al punto final.
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