Por Yvonne M. Conde. Publicado en
HOY- New
York. 26 de agosto, 2001
"La sociedad americana tiene que despertar una vez por todas y darse
cuenta de que tienen que deshacerse de este cáncer que lo tienen allá
dentro" dijo Reinaldo Taladrid, comentarista de la televisión
estatal cubana. Añadió, "Es una lección más
esto de los Grammys Latinos".
El pobre Taladrid. Debe ser muy difícil eso de ser marioneta
gubernamental, repitiendo a diario la propaganda del régimen, sin
espacio alguno para criticas, correcciones ni detracciones. Sumergido cuarenta
años en las tinieblas del totalitarismo.
Como soy parte del cáncer al cual se refiere, el exilio cubano, le
informo al señor Taladrid que en este país existe el derecho de
expresión garantizado por la constitución. Que cualquier
ciudadano puede decir lo que siente o piensa, escribir a un periódico, o
llamar a una estación de radio, y si, protestar en las calles a favor o
en contra de alguna causa.
No, Taladrid, en esta sociedad el gobierno no se "deshace" de
alguien por expresar su punto de vista. No ocurren actos represivos como el que
ocurrió en Cuba la semana pasada. Durante el programa "Primera
Plana-Sin Censura" que se transmite en Nueva York, Miguel Pérez
entrevistaba en vivo al periodista independiente cubano Iovani Aguilar del
Centro Cubano de Información en Cuba, cuando tocó a su puerta
Seguridad de Estado y se lo llevo preso ante los atónitos escuchas
neoyorquinos.
Los que critican al exilio cubano por planear protestas al otro lado del
boulevard Biscayne, una vía de ocho carriles, bajo vigilancia policíaca,
están criticando la libertad de expresión, como hace Taladrid. Se
practica la ley del embudo. Que Cuba mande a todos músicos que quieran,
pero a Cuba no pueden ir Willy Chirino o Celia Cruz. Eso es lo que el exilio
quería exponer. Y por eso lo silenciaron. Como a Iovani Aguilar. |