¿Dónde
hacen el amor los cubanos?
Fara Armenteros, UPECI
LA HABANA, 23 de agosto - Para los cubanos, principalmente los jóvenes,
buscar un sitio donde tener sus relaciones sexuales se ha convertido en una
especie de dolor de cabeza sin calmantes para aliviarlo.
Los graves problemas habitacionales existentes en la Cuba de este tiempo son
la causa de que ellos no dispongan de suficiente privacidad en los lugares donde
viven. En cuanto a las instalaciones que ofrecen servicio de albergue temporal,
llamadas popularmente "posadas", tienden a desaparecer.
Años atrás, en la capital del país existían
alrededor de cien posadas, moteles o "albergues INIT" como también
se les llamó. Actualmente, en la guía telefónica de la
Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) sólo aparecen
registradas 26 instalaciones de ese tipo, de las cuales se ha podido comprobar
que han sido clausuradas cinco, el estado físico de las que aún
funcionan ofrecen una mala imagen y el servicio de las mismas es
insatisfactorio.
Es muy probable que este problema no se refleje en el plan económico
de ningún organismo estatal o que ni siquiera haya estadísticas
sobre el tema, pero la realidad es que afecta a la sociedad cubana.
La tarifa de las posadas es de cinco pesos por tres horas. "Cuando hay
cola se le ofrece un fulita (un dólar estadounidense) al posadero que
seguramente te da acceso inmediato y te busca un cuarto", revela Michel,
uno de los jóvenes encuestados.
Michel añadió: "Se dice que los propios empleados de las
posadas aportan los insumos para mantener en servicio a esos centros".
Con la aparición de algunas pequeñas empresas por cuenta
propia también hay personas que habilitaron en sus casas habitaciones
para alquilarlas a parejas. Cobran por hora o por noche, según el caso.
El propio Michel manifiesta que esas posadas por cuenta propia son muy
eficientes: "La higiene de esos lugares es óptima, algunas
habitaciones cuentan con aire acondicionado, tienen refrigerador y hasta
televisor y equipo de video (VCR)".
Su costo es de cinco dólares por noche, aunque también
alquilan por tres horas.
"Las hay menos caras, que cobran entre 60 y 80 pesos por una estancia
de tres horas. Su servicio es igualmente inmejorable y aunque no disponen de
aire acondicionado tienen ventiladores. La higiene es impecable", aseguró
la fuente.
Una investigación al respecto arrojó que algunos de los dueños
de estas viviendas particulares que dan el servicio de alojamiento temporal
cuentan con licencia de cuentapropistas, pero otros lo hacen "a cuenta y
riesgo".
Al preguntarle a Michel qué hacen las personas que no tienen recursos
económicos para acceder a estos lugares o a las instalaciones estatales,
su respuesta fue: "Escaleras y pasillos de edificios o los parques -que están
oscuros y la gente teme atravesarlos por la noche- es allí donde la gente
que carece de recursos encuentra la posibilidad de hacer el amor".
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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