A paso de
bastón: la llamada misteriosa
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, agosto - Por lo pronto, puede ser constructivo ocultar los
nombres de los involucrados. Quizás estas líneas llamen la atención
a quienes así actúan para que comiencen a rectificar su conducta
arbitraria, evidentemente nacida del irrespeto gubernamental a las leyes del país.
Conocido es que en esta Cuba ya no tanto del picadillo de soya, la censura a
las libertades de expresión e información cuenta con una impunidad
de rango constitucional, sin contar de sus corolarios a nivel del Código
Penal y de legislaciones como la Ley 88, por muchos llamada "mordaza".
No obstante, poco se sabe de un tipo especial de censura, en el mundo real mucho
más efectiva que emprender acciones penales contra individuos que laboran
en medios de comunicación social adscritos al gobierno de Fidel Castro.
Esa censura se practica por vía telefónica, en modo alguno toma en
cuenta derechos reconocidos por las leyes -restringidos, pero existen- y por lo
general se basa sobre el criterio arbitrario de tal o más cual
funcionario de ésta o aquella más o menos importante jerarquía.
La llamada misteriosa, como se sabe, proviene "de arriba" y siempre
desata una cadena de decisiones y rumores del tipo "a fulano le prohibieron
el reportaje", además de las ocultas consecuencias hasta para la
honra y dignidad profesional del perjudicado, que intenta hallar la lógica
de la censura y sólo encuentra miradas de temor y la frase consabida: "Llamaron
del Consejo de Estado". O de la panadería de enfrente.
Experiencia como ésa vivió recientemente un joven
documentalista, especializado en temas de la cultura. Apenas ha iniciado una
serie sobre lo que pudiera llamarse figuras olvidadas del arte nacional que
residen en Cuba y ya le cayó "del cielo" la primera de las
llamadas misteriosas. Uno de los documentales fue transmitido por la televisión
tras ser producido en marcos institucionales y puede asegurarse, con el
testimonio de miles de televidentes, que en el mismo no hay una palabra "contrarrevolucionaria"
pero sí una visión crítica del olvidado correspondiente, más
bien el censurado correspondiente. Nada del otro mundo: un hombre que relata sus
vicisitudes, y un hombre de talento innegable.
Pues bien, al otro día de la transmisión ya estaban en acción
la llamada misteriosa, el temblor de manos del director del programa televisivo
y algunas otras hierbas más. El realizador del documental se entrevistó
con un alto funcionario y éste juró y perjuró que nada
existe en contra de su obra. Pero los ruidos de prohibición llegan desde
los cuatro puntos cardinales. El documental -se dice en voz baja- no será
retransmitido por la televisión, aunque no hay objeciones a su exhibición
en espacios más reducidos.
Lo curioso del asunto: quienes están informando afirman que la
llamada misteriosa provino del Consejo de Estado, indicio de que tales prácticas
son normales a esos niveles. ¿Pudiera decir alguien para qué
diantres existen las leyes de este país? ¿Pudiera decir alguien qué
rol juegan en casos como éste la ilustre Unión de Periodistas de
Cuba, o la Unión de Escritores y Artistas de Cuba? Pues, según
parece, recibir llamadas misteriosas.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
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