Alberto Pérez Giménez.
ABC. España, agosto 17, 2001.
Hubo un tiempo en el que todos los caminos del terrorismo internacional
llevaban a Cuba. En el organigrama del régimen cubano había, con
nombre y apellidos, un «ministerio» dedicado a la exportación
de la guerrilla a cualquier parte del mundo. Era el Departamento América.
Al frente de él puso Fidel Castro a Manuel Piñeiro «Barbarroja».
Durante décadas, allí tuvieron cobijo todos los miembros de las
guerrillas iberoamericanas. Jorge Massetti, hijo del argentino fundador de la
Agencia de Noticias Prensa Latina que desapareció en la selva de Salta en
Argentina cuando pretendía montar una guerrilla, cuenta en su libro «El
Furor y el Delirio» cómo funcionaba el Departamento América. Él
mismo, apadrinado por «Barbarroja», fue uno de los «alumnos
aventajados» del Departamento: peleó en Nicaragua, en Panamá,
en Chile. Atracó Bancos en EE.UU. en operaciones coordinadas desde la
Embajada de Cuba en México.
En Cuba se entrenaba a los guerrilleros en los PETI (Puntos de Entrenamiento
de Tropas Irregulares). Por allí anduvieron los macheteros de Puerto
Rico; los M-16 y el Frente Patriótico chileno; los montoneros; los «elenos»
colombianos, etarras y hasta, en 1982, un mexicano muy interesado en conocer
toda la vida del Che, cómo fumaba su pipa, qué leía... Era
el «subcomandante Marcos».
Cuando al secretario general de la OEA, César Gaviria, le secuestró
la guerrilla a su hermano, supo exactamente con quién tenía que
negociar: logró la libertad de su familiar y un avión para que el
comando que le secuestró huyera a Cuba.
Manuel Piñeiro «Barbarroja» murió hace unos años
en un extraño accidente cuando conducía su automóvil, algo
que, según Massetti, odiaba. Castro proclamó a los cuatro vientos
que la lucha guerrillera ya no tenía sentido.
Sin embargo, los hechos parecen decir lo contrario. En Cuba siguen viviendo,
a cuerpo de rey, según muchos testigos, una nutrida colonia de etarras.
En la zona «desmilitarizada» de Colombia bajo control de las FARC hay,
según la Prensa colombiana, por lo menos 20 instructores cubanos enseñando
a los «guerrilleros» a pilotar helicópteros. Uno de los tres
miembros del IRA detenidos el sábado tras pasar cinco semanas asesorando
a las FARC es, según «The Guardian», el «hombre de Sinn
Fein en La Habana» y encargado de preparar la visita de Gerry Adams a la
isla y su encuentro con Fidel Castro. Al parecer, son muchos los caminos que
siguen llevando a Cuba. |