CUBANET .INDEPENDIENTE

16 de agosto, 2001


Sanatorio abandonado

Lázaro Raúl González, CPI

HERRADURA, agosto - En el extremo suroriental del municipio pinareño de Consolación, justo en la desembocadura del río del mismo nombre, se encuentra la playita Boca de San Diego.

Aunque en este pedacito de litoral no hay nada físico que recuerde lo que debía ser una playa, como fina, abundante arena o cristalina y azul agua, la cualidad medicinal de las aguas del río San Diego determinaron que hace setenta años -según recuerda Cuco, vecino de la zona- la gente empezara a erigir ranchos en ese lugar.

De acuerdo al testimonio de Cuco, fue gente rica con problemas de salud la que fomentó el delta del río San Diego hace alrededor de seis décadas. Esta característica se mantiene, pues sólo la gente más adelantadita económicamente de Herradura, Entronque de Herradura, Consolación o Alonso Rojas es propietaria de un rancho en La Boca.

También acuden personas que no encuentran, en el cada vez más insuficiente dispensario cubano, los medicamentos que necesitan para el tratamiento de enfermedades como la artritis, el reuma o la soriasis.

Pero el primitivo carácter que tuvo el sanatorio de La Boca de San Diego ha sufrido y sufre fuertes golpes, tanto en su entorno como en su ambiente social.

El estado higiénico de la playa es sumamente deplorable. Hay casas ocupadas por puercas, puerquitos y verracos que, adicionalmente, disfrutan del insalubre placer de apestar mil metros a la redonda.

El servicio de recogida de basura es irregular y sólo comprende las casas contiguas a las fangosas callejuelas. De este modo, es frecuente encontrar montones de desperdicios y todo género de escombros alrededor de muchos ranchos.

Además, las tierras bajas permanecen cubiertas de agua casi todo el año, y constituyen focos infecciosos situados dentro de ciertos ranchos, en los que se acumula y pudre todo tipo de desechos.

Obviamente, del desastre no escapan las aguas del río ni de la playa: letrinas descargan directamente su contenido contaminante en las mismas. Granjas arroceras vierten al río residuos de fertilizantes y de herbicidas, por lo que "las aguas con propiedades curativas del río San Diego han devenido en contaminadas", al decir de un especialista que visitó el lugar. El agregó: "Ya aquí no hay quien se cure".

Pero si contaminadas están las aguas, el aire no se queda atrás porque está enrarecido, principalmente los domingos cuando decenas de camiones, tractores con carretas, coches tirados por caballos, ómnibus y vehículos de todo tipo llevan miles de visitantes al pequeño espacio de la playa y su caserío.

Otro aspecto que conspira contra el entorno son las broncas. Por ejemplo, en la tarde del 5 de agosto alrededor de veinte personas se involucraron en una pelea, penetraron ilegalmente en la vivienda de Pedro Díaz (pacífico vecino) con armas blancas, contundentes, y lanzándose botellas y cuanta cosa encontraba a su paso la muchedumbre. En la trifulca fueron lanzados a modo de proyectil prácticamente todos los bienes muebles del señor Díaz. Volaron taburetes, mesas, cazuelas, jarros, cubiertos... Al terminar la batalla, una mujer exclamó: "¡Esto es el oeste!"

Diez minutos después de la contienda apareció en el sitio una pareja de policías. Parecían aburridos. Nunca están presentes cuando hay problemas de alteraciones del orden público.

En cuanto al servicio de agua potable a las viviendas de la zona es pésimo.

Por todos estos aspectos, la opinión que prevalece es la de que el gobierno local ha abandonado definitivamente a La Boca de San Diego. Lo que antes fue un sanatorio, un hermoso sitio de interés ecológico, es ahora un lugar peligroso para la salud del hombre. Extraña metamorfosis.

Las entidades responsables -ministerios de Salud Pública, del Interior, Servicios Comunales, entre otras- deben tomar cartas en el asunto cuanto antes, deben crear una especie de comisión que solucione las apremiantes necesidades del ser humano y su entorno en esta zona de la geografía cubana.

Esta crónica-denuncia, escrita a petición de decenas de afectados, es un intento, un llamado a la recuperación de La Boca de San Diego, que pese al deterioro que padece es todavía un sitio entrañable para miles de pinareños.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Noticias por e-mail

La Tienda - Libros y accesorios de CubaNet
Visite La Tienda
LIBROS y accesorios


In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Busque en Noticias de agosto

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internacional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Aemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MCL
Fraternidad de Ciegos
Seguidores de Cristo
Estudios Sociales
Ayuno

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
Artes Plásticas
Fotos de Cuba
Anillas de Tabaco

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe 1998
Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887