El campesinado: los más
insatisfechos
Tania Díaz Castro, PPDHC
LA HABANA, septiembre - Una realidad palpable es la insatisfacción
del campesinado cubano, manifestada de un modo u otro a lo largo de 41 años
de totalitarismo castrista. Recientemente, en la provincia de Sancti Spíritus,
los hombres que componen la directiva de la Unidad Agropecuaria "Tres
Palmas" dieron a la prensa nacional el siguiente mensaje:
"Nosotros fuimos a comprar materiales de la construcción y nos
dijeron que no nos lo podían vender, tenía que ser a la empresa.
Tampoco tenemos derecho a adquirir plaguicidas o fertilizantes y cuando llegan
por los canales normales ya pasó el tiempo bueno del cultivo".
Y más adelante señalan: "Antes le debíamos a cada
santo un peso, pero ya obtuvimos ganancia y seguimos con las manos amarradas".
Que esto se lea en la prensa oficialista es una prueba irrefutable del
fracaso del régimen en cuanto a su política empleada con los
campesinos del país, puesto que estas reflexiones, expresadas en una
asamblea provincial, son un reflejo del descontento que existe a nivel nacional.
Veremos si estas reflexiones llegan de este modo a los niveles más altos
el próximo octubre.
El campesino cubano atraviesa por caminos abruptos y escabrosos de acuerdo a
las leyes cubanas, que en vez de protegerlos y cooperar con ellos, contribuyen a
poner frenos, a denominar muchas de sus actividades como ilícitas.
Estas unidades agropecuarias tienen siete años de constituidas y su
principio básico, que según dice se refiere a un amplio desarrollo
de su autonomía de gestión, no ha podido alcanzarse en la magnitud
deseada y tan necesaria.
Se trata pues de un callejón sin salida. Mientras tanto, la economía
cubana continúa con grandes limitaciones materiales y el Estado no ha
podido hacer otra cosa que estar a la expectativa. Sólo eso.
No se trata de cuestión de tiempo. Los laberintos económicofinancieros
continúan. Los resultados están ahí: bajos índices
de eficiencia productiva de la ganadería y alta mortalidad de la masa,
falta de recursos materiales y financieros, grandes limitaciones para la
construcción y reparación de viviendas, el mal estado de los
viales y la poca incrementación de los rendimientos agrícolas. En
resumen, estas unidades agropecuarias arrojan que las pérdidas generales
alcanzan una gran notoriedad.
Se quejan los campesinos de que la atención al hombre por parte del
Estado es muy ineficiente y reiteran los reclamos por la escasez de
herramientas, medios de trabajo, ropa y calzado, y por el alto por ciento que
existe de bohíos aún con piso de tierra y techo de guano.
De acuerdo a escasos datos ofrecidos por la misma prensa oficial, se puede
constatar la insatisfacción del campesinado a 41 años de régimen
socialista.
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