Este mismo señor
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, septiembre - Hojear publicaciones ya un poco viejas tiene su
atractivo, que aumenta cuando se puede disponer de alguna de ellas, ya que esa
posibilidad está prácticamente vedada en las bibliotecas y otros
centros de documentación en Cuba.
Sumergirse, digamos por ejemplo, en una Bohemia de 1959, es algo un poco
traumático aunque en alguna medida fascinante. Ahí pueden
encontrarse frases pronunciadas por Fidel Castro, como ésta: "Yo no
soy comunista. Mi ideología política es bien clara. Nosotros,
antes que nada, sentimos los intereses de nuestra patria y de nuestra América,
que es también una patria grande."
O como ésta otra: "Donde hay justicia no hay crimen, y donde hay
crimen no hay libertad de prensa; donde hay crimen se oculta lo que se hace".
Tengo un amigo, un viejo abogado, que dice que Fidel Castro no era comunista
pero que al bajar de la Sierra Maestra se topó con tres brujas que lo
estaban esperando -aquí menciona a tres destacados miembros del Partido
Comunista- y lo convirtieron al comunismo.
Como tesis o como chiste quizás esa opinión puede ser
aceptada, pero la realidad es que nadie se radicaliza hacia el otro extremo de
sus ideas de la noche a la mañana. En eso hay una "toma de
conciencia" muy paulatina o está en juego un interés personal
muy grande. En este caso creo que el interés personal fue mantener el
poder basándolo en una ideología que, aunque ajena totalmente a la
idiosincrasia y a la historia del pueblo cubano, le permitía la alianza
con países -fundamentalmente la URSS- que estaban dispuestos a hacer todo
lo que fuera necesario por tener en este hemisferio un eslabón de su
cadena.
Y este mismo señor es el que dice que la ONU es una vetusta
organización y que hay que democratizarla. Aparentemente su gobierno de
casi 42 años no es vetusto, no hay que democratizarlo.
Este mismo señor, un comunista ortodoxo, es el que quiere ayudar a
aliviar las penurias del mundo mandando médicos a sitios diferentes.
Antes mandaba guerrilleros bien armados y entrenados, pero ahora eso no lo puede
hacer.
Cuando los médicos por alguna razón tampoco pueden ser
enviados, entonces quizás mande recogedores de basura. Y cuando esto
tampoco pueda ser, tal vez sean enviados destupidores de alcantarillas. Lo
importante es que la bandera comunista esté presente, que las ideas del
comandante estén presentes.
Al parecer, y muy lamentablemente, no somos dados a tener memoria política.
Eso en Cuba es entendible: no hay libertad de prensa y hay comunismo. Pero, que
en otras partes del mundo incluyendo a mandatarios -los mandatarios se supone
que son personas que conocen de política y de historia- se acepte, sin
tener en cuenta el pasado, las intenciones "salvadoras" de Fidel
Castro es algo que se va fuera de todo contexto de lo razonable.
Por lo tanto, resulta muy paradójico ver a demócratas aplaudir
o darle la mano a Fidel Castro. Al mismo señor que llegó al poder
ocultando y negando su ideología, y que ha aplastado o ha tratado de
exterminar cualquier brote de democracia en Cuba.
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