Perdido el Hilo de Ariadna
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, septiembre - Yadira no podrá continuar sus estudios de preuniversitario urbano en Cuba no sólo por sus limitaciones psico-fisiológicas, sino por la intolerancia y el injusto proceder del Ministerio de Educación y por ser su padre un conocido líder de
la disidencia pacífica interna.
Yadira Pagés Acevedo, adolescente de 14 años de edad, padece trastornos del sueño (sonambulismo) y enuresis de fijación desde los cinco años de edad, según consta en su historia clínica del hospital pediátrico del municipio Cerro y en la
del médico de la familia que le corresponde. Ha resultado, además, el primer expediente de sus escuelas, la primaria "Braulio Coroneaux" y la secundaria básica urbana "Alvaro Barba" de esa municipalidad. Desde sus primeros grados resultó una estudiante
con magníficos resultados docentes. Concluyó la secundaria con un acumulado general de 99,76 puntos de 100 posibles.
Su padre, Sergio Pagés Hierro, es jefe de la Unidad Cristiana anexa al Movimiento Pro-Derechos Humanos "24 de Febrero" y conocido opositor político del régimen desde 1990.
La historia comienza cuando la niña terminó el sexto grado (1996-97) y resultó vanguardia municipal por sus elevados resultados académicos y excelente disciplina. En el acto de fin de curso la dirección del plantel anunció que el alumno con mejor
expediente obtendría como estímulo excepcional, una breve visita turística a España. Todos sus compañeritos de curso pensaron en Yadira y se apresuraron a felicitarla. Pero lo evidente para aquellos niños de 11 a 12 años de edad no estaba tan claro
para el claustro de profesores: se lo otorgaron al segundo expediente, obtenido por la pequeña Lilian Velázquez, y Yadira, despojada de su premio, no recibió explicación alguna.
Su trayectoria en la secundaria también sería destacada. Sus certificados de notas de 7mo., 8vo., y 9no. grado así lo atestiguan: 99,71; 99,57; y 100 puntos, respectivamente, para el acumulado antes referido, acompañado de una notable disciplina y adecuada educación
formal.
Pero... siempre existen peros, y éstos son de carácter político-participativos. En 8vo. grado Yadira no asistió al Campo. Motivo: su mamá estaba recién parida, sufrió complicaciones en la operación y se exigieron mayores atenciones con el
neonato. La joven debió ayudarla en las labores domésticas. En 7mo. la escuela no participó en labores en el campo. En 9no. tampoco, pero laboraron en un vivero. Yadira, a pesar de haberse fracturado la muñeca izquierda y presentar un certificado médico, tuvo que
trabajar al igual que los demás jóvenes por incomprensión de los dirigentes educacionales.
La adolescente no resultó destacada ese año por no participar en actos y organizaciones de masas (desfiles por el niño Elián, tribunas abiertas, marchas frente a la embajada de la República Checa en Cuba, no ser miembro de la Federación de Estudiantes de
la Enseñanza Media), según le informó al padre la profesora Bárbara Susana.
Al concluir sus estudios secundarios solicitó ir a un preuniversitario urbano, por recomendarlo así dos especialistas: el médico de la familia y la psiquiatra Carmen G. Fernández Rivero, del hospital pediátrico del Cerro, por considerar ambos que Yadira
requiere atención especializada y familiar.
A pesar de todo, no le fue concedida su solicitud aunque le confirmaron que podía optar por un preuniversitario en el campo y continuar sus estudios.
En julio se reunió la comisión de 9no. grado de la escuela. En esa ocasión los padres fueron informados que a Yadira no se le otorgaba el preuniversitario urbano. Las razones expuestas fueron: su grupo desconocía sus padecimientos; había realizado un examen en
la Vocacional Lenin y desaprobó por entregar el examen en blanco, ya que de ingresar en ese centro tendría que hacerlo becada, y que en 8vo. grado no asistió al Campo por tener el brazo fracturado, hechos que, según el padre, no se ajustan a la realidad como ya se refirió
anteriormente.
Los padres de Yadira, inconformes, escribieron a varias instancias gubernamentales en julio pasado. De ellas obtuvieron respuesta del Consejo de Estado y de la Federación de Mujeres Cubanas. El Ministerio de Educación no ha respondido aún.
Recientemente citaron a los padres de Yadira a Educación provincial con la funcionaria Tatiana, quien ratificó los argumentos dados por la dirección de la escuela de la joven. Además, señaló que el sonambulismo no es causa ni brinda derechos de ingresar
en un colegio preuniversitario urbano.
La intolerancia y la falta de justicia por las instancias del Ministerio de Educación actuantes se muestran en toda su extensión, señala el padre de Yadira. Obviamente, la gran falta de la adolescente es tener un padre que hace 10 años lucha por el restablecimiento de
la democracia y el Estado de Derecho en el país.
Yadira no es ni será la única víctima inocente en este laberinto ideológico. Los estudios superiores en Cuba son derechos que sólo se les concede a los jóvenes que muestran -al menos en apariencia- estar identificados con la ideología del régimen.
Ya era de público conocimiento que "la universidad es para los revolucionarios". Ahora se pone al desnudo que existen los mismos requisitos para poder disfrutar de todas las facilidades de los estudios medio-superiores. El meandro se hace más difícil de superar cada día
que pasa.
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