Tres libres, sólo Vladimiro queda entre rejas
Tania Quintero, Cuba Press
LA HABANA, mayo - En una semana, entre el 12 y 19 de mayo, el gobierno de Cuba puso en libertad condicional a tres de sus cuatro presos políticos de más reclamo internacional. Aunque los cuatro pertenecían al mismo grupo, -ellos escribieron "La Patria es de Todos"-,
fueron detenidos el mismo día y enjuiciados por la misma causa, el régimen los condenó de distinta manera: a Martha Beatriz, tres años y medio de privación de libertad; a Félix y a René, cuatro años; y cinco a Vladimiro.
Las prisiones también fueron distintas: Martha, en la Prisión Occidental de Mujeres -la famosa Manto Negro-; Félix en Guanajay, tenida como una de las mejores "cárceles" cubanas; René en la de Agüica, Matanzas, y Vladimiro en Ariza, la Alcatraz
isleña, en Cienfuegos, a más de 330 kilómetros de su domicilio habanero.
Bonne ha dicho a la prensa que durante el juicio, una vez sabidas las sanciones diferentes, Vladimiro, con su característico sentido del humor, le dijo: "Será porque soy el más feo".
No es el más feo, es el único mestizo del grupo, el que procede de las filas directas del comunismo criollo -es hijo del histórico Blas Roca- y el que es tenido por el "izquierdista" dentro del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna. En el momento de su detención,
el 16 de julio de 1997, Roca Antúnez era presidente del Partido Social Demócrata Cubano.
Las especulaciones en torno al ensañamiento del régimen hacia el tercero de los cuatro hijos del matrimonio que durante más de medio siglo formaron el mulato manzanillero Blas Roca Calderío y la blanconaza espirituana Dulce María Antúnez Aragón,
recorren todas las escalas del rumorómetro nacional.
La primera -y más lógica- dice que es precisamente por eso, "por ser hijo de quien es y por venir de donde viene". Cercana a esa especulación se vincula otra: por razones personales fue el hijo de Blas que más tiempo estuvo cercano al poder y fue el que el
gobierno distinguió como el "gran hijo" cuando Blas falleció el 25 de abril de 1987. Probablemente por ello, dicen viejos comunistas, es que ahora ha caído sobre él el odio mayor, al considerarlo "traidor múltiple".
Otras bolas tienen origen judicial y supuestamente se relacionarían con evidencias que la Seguridad del Estado tendría sobre el caso específico de Vladimiro. Pero -como dijo un jurista consultado- "en materia legal no se puede condenar suposiciones, sino hechos y
pruebas concretas".
Hay quienes afirman que, una vez presos, el gobierno aprovechó para tratar de dividir el grupo, que con tanta cohesión y profesionalidad habían venido trabajando, y una señal sería condenando a Vladimiro a más tiempo, encarcelándolo más
lejos, no permitiéndole pases para visitar a su familia en La Habana y, ahora, negándole la libertad condicional a la que tiene derecho por la legislación penal de Cuba.
Con estas diferenciaciones, se estaría haciendo ver que Vladimiro era el jefe o cabecilla del grupo de los Cuatro. Martha Beatriz lo ha declarado en innumerables ocasiones: "Nuestro grupo no tenía líder". Para poder funcionar, en la práctica había
una coordinación, que era rotativa. En julio del 97, cuando los apresaron, Martha ejercía de coordinadora del grupo, cargo que en estos momentos mantiene, según decisión interna.
Al margen de rumores, lo cierto es que Vladimiro se encuentra solo y aislado. Ya se sabe que el régimen de La Habana no tiene en cuenta presiones de ningún tipo y excarcela cuando lo estima conveniente, pero la opinión pública y los medios de prensa de todo el mundo
deben seguir de cerca esta realidad: porque se mantiene injustamente encarcelado a Vladimiro Roca Antúnez.
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