La Underwood no tiene acceso a Internet
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, mayo - Caminábamos por el casco histórico. Era el mediodía y el sol rajaba las piedras. Así que mi amigo sueco y yo decidimos sentarnos bajo la sombra y el frescor típicos de la Plaza de Armas. Conversamos sobre variados temas. El de la informática
llamó poderosamente su atención.
Su pregunta clave fue: "¿Cómo acceden los cubanos a la red de redes, a Internet?"
Precisamente tenía entre mis manos un periódico Granma donde se anunciaba el comienzo del evento Informática 2000. Le comenté al sueco que antes de pensar en el acceso a Internet lo primero es cómo conseguir una computadora en Cuba.
A los cubanos se les prohíbe comprar computadoras aún teniendo la divisa para ello. Vivir en Cuba, además de otras restricciones, significa estar desinformado. Todo lo que el pueblo recibe se interpreta por unos cánones establecidos, y luego se transmite "bien
masticadito". Por ejemplo; si se habla de economía se señala el incremento en la producción azucarera y de los avances en la ganadería aunque la carne de res se encuentre en estado de extinción.
Asimismo, si se menciona la democracia, enseguida la conclusión estriba en que el modelo de Cuba es el modelo perfecto a seguir por el resto de las naciones del orbe.
Lo mismo sucede en el campo del deporte, en los eventos de carácter mundial. "Ganaron las patrióticas morenas del Caribe", diría el comentarista deportivo.
No está mal el interés del país en el campo de las ciencias y la técnica, y que se obtengan "interesantes resultados de distintos softwares cubanos". Pero sería más loable que la información circulara libremente sin previas
interpretaciones oficiales. Así el cubano ejercitaría el don de pensar por sí mismo y expresar ese pensamiento, lo cual le ha sido vedado por más de cuarenta años, pues desde pequeños nos enseñaron a repetir consignas y cuando en la casa se decía
alguna frase "gusana" nos advertían: "¡Eso no se puede decir en la escuela!"
El gobierno de Cuba le teme a la globalización, pues ésta no es una buena aliada en materia de controles absolutos. Inevitablemente, Internet forma parte de esa globalización, y ojalá todos los cubanos pudieran conocerla.
Por cierto, luego de intercambiar estos pensamientos con mi amigo el sueco lo invité a mi casa a tomarse un café -mezclado con chícharos- que a él le pareció delicioso.
Tuve entonces la oportunidad de mostrarle mi máquina de escribir, que data de 1920 y cuya marca es Underwood. El la consideró un objeto museable de mucho valor. Al marcharse me pidió con sumo interés mi E-mail. Entonces me percaté que no había
entendido absolutamente nada. Sólo le dije: "No te hagas el sueco, la Underwood no tiene acceso a Internet".
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se
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