La escuela de Elián antes y después
Tania Díaz Castro
LA HABANA, mayo - El centro escolar cubano "Marcelo Salado" de la localidad de Cárdenas, provincia Matanzas, donde estudiara algunos meses el niño náufrago Elián González Brotons y que antiguamente fuera un importante colegio de monjas, ha recibido
numerosas donaciones de distintas organizaciones extranjeras que se compadecen de nuestras penurias.
En días pasados una institución argentina, con sede en Buenos Aires, envió juguetes y materiales de estudio para el nivel primario, que será recibido próximamente por los profesores.
Quienes visitaron esa escuela con anterioridad a la campaña publicitaria por el retorno de Elián a Cuba pudieron contemplar las pésimas condiciones en que se encontraba dicho plantel. Lo mismo ocurre con el resto de las escuelas del país.
La escuela de Elián hoy goza de cierta iluminación, de lo que carecía hace unos meses. Los pisos se ven un poco más limpios, y las puertas y ventanas se han reparado en lo posible, pero hasta hace muy poco sus paredes se veían sucias, sin pintar, los niños
tomaban del piso los platos metálicos y oxidados con el fin de recoger un almuerzo nada nutritivo ni balanceado, y comían sobre sus pupitres en las aulas porque carecían de comedor.
Esta escuela matancera ha sido mejorada recientemente no sólo con los donativos extranjeros, sino también por el propio Ministerio de Educación con vistas a recibir en ella a delegaciones extranjeras. Sin embargo, el resto de las escuelas cubanas continúan afrontando
gravísimos problemas ya que en todas no estudió un niño que reclama para sí el gobierno de Cuba.
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