¿Ley de Ajuste Haitiano? ¿Leyes de Ajuste Sub-Sahariano?
Mario J. Viera González, Cuba Voz
LA HABANA, mayo - Cada vez que un grupo de cubanos emprende una riesgosa travesía marítima clandestina hacia los Estados Unidos el gobierno de Cuba afirma que esas personas intentan el riesgoso viaje estimuladas por la existencia de la estadounidense Ley de Ajuste Cubano. Si
desgraciadamente, como muy a menudo ocurre, el intento se frustra trágicamente, la voz del gobierno de la Isla se alza para condenar aquella ley como criminal.
El griterío en contra de la Ley de Ajuste Cubano comenzó con la escandalera de las "tribunas abiertas" y el alboroto politizado que se armó en torno al conflicto familiar surgido por la custodia del niño Elián González, luego de que fuera
rescatado de las aguas asido a un neumático y protegido por los delfines. Si sólo se atiende a los reclamos del régimen de La Habana se podrá creer que los cubanos intentan abandonar el país por la única razón de que existe a su favor una llamada Ley
de Ajuste Cubano.
Si esto es así, alguien tendría que preguntarse ¿por qué los haitianos hacen lo mismo, y se juegan el pellejo para arribar ilegalmente a Estados Unidos? Será porque existe también una criminal Ley de Ajuste Haitiano? Y habrá que pensar lo mismo y
colegir que en España y otros países de la Europa Mediterránea existen Leyes de Ajuste Sub-Sahariano, dado que muy a menudo individuos de esa región africana emprenden viajes furtivos a través del Mediterráneo para alcanzar las costas europeas. Muchas veces
al precio de sus vidas. Una noticia vieja y otra fresca pueden ilustrar esta realidad.
El periódico español El País, el pasado 23 de marzo, dio a conocer la muerte de 3 sub-saharianos al naufragar la balsa neumática con la que pretendían llegar a la posesión española de Ceuta. En esta tragedia sólo dos mujeres, procedentes de
Malí y Nigeria, lograron ser rescatadas con vida por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil Española. De acuerdo con el rotativo, el Ministerio del Interior de España señaló que al menos 266 personas procedentes de la región sub-sahariana habían
perdido la vida intentando cruzar el Estrecho de Gibraltar, en un período comprendido entre 1996 y el 31 de agosto de 1999.
Ahora, el Granma -periódico de propiedad gubernamental de Cuba- informa este 29 de abril, que 14 haitianos perecieron cuando intentaban arribar ilegalmente a Estados Unidos a bordo de una embarcación que habría encallado en Cayo Flamingo. De este desastre logró
conservar la vida una niña de 6 años -aseguró Granma- cuyos padres perdieron la vida. Una versión haitiana del caso de Elián González.
Se dice en la información del diario cubano que en la embarcación que no pudo completar su viaje viajaban 300 personas y se agrega que de acuerdo con las autoridades de Estados Unidos y de Bahamas no se conoce con exactitud cuántos haitianos logran alcanzar algunas de las
700 islas del archipiélago bahamés sin haber sido detectado, en tanto que se calcula que en esas islas han encontrado albergue unas 40 mil personas procedentes de Haití.
Cuando se comparan estas noticias no hay que ser muy sagaz para encontrar una gran similitud de hecho entre los inmigrantes furtivos de Malí, Nigeria y Haití con los inmigrantes furtivos cubanos. Todos intentan salir de sus países de origen para llegar a otras tierras, ya
sea España, Bahamas o Estados Unidos, donde esperan encontrar mejores posibilidades de vida que las que llevan en sus suelos nativos. No hay razón para pensar que los cubanos se juegan la vida, y la de sus seres queridos que los acompañan, sólo porque en Estados Unidos
existe esa llamada Ley de Ajuste cuando en ningún lugar están en vigor "leyes de ajuste" a favor de malinenses, nigerianos y haitianos.
La razón que históricamente ha acelerado las migraciones de pueblos está inserta en condiciones sociológicas muy específicas, tales como aquéllas de carácter económico, político y de persecución ya religiosa, racial o política.
Si las condiciones que generan los movimientos migratorios son suprimidos, desaparece la razón de la migración, y el afán de emigrar a mejores lugares por cualquier medio, aún de los más riesgosos, como aquéllos terminados de modo tan cruel que dejaron
sin madre a Elián, sin sus padres a la niña haitiana y sin sus compañeros de travesía a las dos mujeres sub-saharianas.
Si un día se suprimiera la Ley de Ajuste Cubano (¡Dios, no lo permitas!) de Cuba continuarían saliendo los cubanos como hacen los haitianos (que no poseen su "ley de ajuste") para intentar llegar a la Florida. Eso sólo terminará el día que se
supriman las causas que en Cuba provocan el loco deseo de dejarlo todo atrás.
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