De uso cotidiano, escaleras de emergencia de edificios altos
LA HABANA, 28 de abril (Reinaldo Cosano Alén) - La capital dispone de 1,200 ascensores, de los que 508 corresponden a edificios altos del sector residencial. El resto, a organismos oficiales.
UNISA, empresa estatal y única encargada del mantenimiento y reparación de elevadores, explica que no pueden ofrecer un mejor servicio por no existir en el mercado piezas de repuesto, ni contar con suficiente financiamiento.
Exponen que los ascensores además, en su gran mayoría, tienen unos 50 y hasta 75 años de explotación, cuando el estimado por el fabricante en casi un 80 por ciento es entre 15 y 25 años de vida útil, lo que agrava la situación.
Escaleras concebidas por arquitectos e ingenieros décadas atrás para edificios altos preferentemente para emergencias, han pasado a ser de uso cotidiano. Por lo general resultan incómodas por estrechas y con insuficiente iluminación natural y artificial. En este último
caso por la mala costumbre de algunos ciudadanos del frecuente hurto de bombillos. Mientras más alto el edificio, mayor es el disgusto de los moradores de las cimas.
Los residentes del edificio de 23 plantas de calle N #310, entre 23 y 25, Vedado, por ejemplo, se quejan, y no sin razón. El inmueble cuenta con dos ascensores. A uno, hace muchos años se le dio baja técnica. El único en función estuvo roto hasta 45 días.
Antes, incluso, 90 días. En esta edificación multifamiliar residen 120 personas, 35 de las cuales son mayores de 65 años (jubilados o con alguna impedimenta física), niños hay 15. Una vecina expuso el caso de su pequeña hija asmática crónica
a la que en medio de una fuerte crisis hubo que bajarla muchos pisos cargada a la espalda por la oscura escalera para llevarla al hospital.
UNISA pretende poner en funcionamiento ascensores paralizados por muchos años, mejorar el estado técnico y sustituir algunos, como ya ha ocurrido en San Nicolás #158 y también en Consulado #158, que disponen de nuevos equipos. O como en calle M #310, Vedado, que
de dos quedó con uno, pero en buen estado técnico.
Pero son sólo paliativos. No se avizora solución definitiva para la totalidad. Incluso, sucede que en ocasiones no es sólo el ascensor el que no sirve, sino que el inmueble también está en deplorable estado constructivo. Pero el gobierno dice no disponer de
los recursos financieros requeridos para resolver la situación.
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