Lo importado, más caro que lo nacional
Tania Quintero, Cuba Press
LA HABANA, marzo - Cuando en 1993 despenalizaron el dólar, las shoppings o tiendas recaudadoras de divisas estaban repletas de mercancías producidas en otros países, Estados Unidos incluido. Siete años después, la mayoría de los artículos que los
cubanos pueden adquirir en dólares son hechos en Cuba, con excepción de los vendidos en tiendas o boutiques exclusivas, ropa y calzado de marca, bebidas y electrodomésticos, aunque también ya hay en el mercado interno equipos ensamblados o totalmente fabricados en casa.
Donde más se puede ver el salto dado por la industria nacional es en los renglones de alimentación, vestuario e higiene personal y doméstica, una industria que estaba a punto de desaparecer tras la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento del socialismo en
Europa del Este, de donde procedía prácticamente todo lo que los habitantes de la isla requerían: desde tuercas y tornillos hasta compotas para niños.
Ahora los bebés cuyos padres tienen dólares pueden alimentarse y vestirse con productos elaborados en Cuba o de firmas internacionales asentadas en México, como la Gerber, o la Kellogs de Canadá. La inmensa mayoría de los cubanos se baña con jabones de
la empresa Suchel: Lux, Bonabel, Sport, Slik, Four Seasons, Diamante Negro o Tropical. Esta empresa se mantiene con capitales procedentes de España, Gran Bretaña, Holanda, Canadá e Israel y es la responsable también de la fabricación de desodorantes, talcos, champús,
cremas para las manos y el cuerpo, pasta dental, colonias, perfumes y una línea de detergentes y limpiadores de uso cotidiano.
Pero los precios de lo producido por Suchel son iguales y en ocasiones superiores a sus similares importados. Una caja de 700 gramos de As, detergente en polvo, cuesta dos dólares, pero por 2,10 USD uno puede comprar dos bolsos de 500 gramos cada uno de Tres en Uno, detergente
biodegradable hecho en México según marca registrada en los Estados Unidos. Los ejemplos son numerosos. Por dos dólares también uno puede adquirir una caja de un litro de puré de tomate Pommi, de Italia, y por el mismo valor, una de Doña Tina, hecha en
Cuba por la Tropical Island S.A., una empresa cubano-israelí igualmente productora de jugos y leches envasadas en Tetra Pak.
La mantequilla Dairy, canadiense, cuesta 2,50 USD la libra y su par cubana, Galaxy vale 1,40 la media libra o 2,80 la libra.
Otra de las ofertas procede de Uruguay: en algunas shoppins se ha vendido carne de res molida, importada por la firma radicada en la Habana con el nombre de Carnes del Mercosur S.A. a la Empresa de Tasajo del Uruguay S.A. a cuatro dólares el kilogramo. La misma cantidad de picadillo,
preparada por Cubalse y a la venta en su red de tiendas Meridiano, cuesta 6,50 dólares el kilogramo, un dólar y cincuenta centavos más que el foráneo.
La única ventaja de las producciones nacionales es que tienen precios fijos en todo el territorio - las alteraciones suelen ir por cuenta de la empleomanía. Generalmente su calidad es buena, aunque todavía la presentación y embalaje, salvo excepciones, es inferior a
las mercancías traídas desde fuera.
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