Cumbre Sur: espaldarazo para Castro
Reynaldo Cosano Alén
LA HABANA, marzo - Como las bibijaguas devoradoras de extensas plantaciones, el gobierno cubano voraz, persistente, sagaz y sigiloso, se ha estado preparando para la Cumbre Sur. Casi en absoluto silencio. A pesar de la envergadura mundial del evento y su trascendencia, que hace difícil
escamotearle notoriedad.
Como anfitriona, Cuba es la más interesada en el éxito de la Cumbre, pues quiere ofrecer la mejor imagen del país y gobierno. Pero no sólo por esto. El futuro político de Castro dependerá mucho de ese éxito porque espera recibir el espaldarazo del
conjunto numeroso de países que se congregarán en La Habana.
En la Edad Media, el Noble necesitaba mucho del imprescindible espaldarazo dado por el Rey para hacer efectivamente considerado y admitido Caballero y poder consolidar su poder. La ceremonia solemne consistía en postrarse ante el monarca, que con la punta de su espada tocaba en la espalda
del Caballero, con lo que quedaba admitido y consagrado como Noble.
En versión moderna, con la asistencia de los jefes de Estado y Gobierno a la Cumbre de La Habana y por los acuerdos que se tomen que lo favorezca, estarán dando el espaldarazo político al "Caballero" Castro, que entenderá mejor consolidado su poder.
Como parte del espaldarazo, la Cumbre Sur Sur, quienes la integran, estarán dándole el boleto a Cuba para que ocupe a sus anchas un sitial en el acuerdo sustitutivo de Lomé IV, que supondrá el beneficio de las cuotas y preferencias comerciales y aduaneras que la Unión
Europea otorga a sus excolonias de Africa, el Caribe y el Pacífico.
Hasta el presente hay un grave impedimento para el ingreso pleno de Cuba a los acuerdos de Lomé: el irrespeto del gobierno a los derechos humanos y ciudadanos. Como se sabe, es requisito insoslayable de la Comunidad Europea que sean respetados para obtener los beneficios del Pacto de Lomé.
Pero la Cumbre Sur-Sur pudiera hacer "olvidar" el "pequeño" inconveniente.
No en vano las autoridades del país han estado amarrando todos los cabos de la Cumbre en la que participarán 133 países, incluidos China el gigante ya despierto, para Castro hacerla dócil en sus empeños de perpetuarse en el poder.
Los más lujosos hoteles y casas de protocolos, exclusivos hospitales, transporte y comunicaciones, funcionarán impecablemente eficientes. Se ofrecerán los más exquisitos manjares. La seguridad personal será absoluta. Cuántas medidas haya que poner en
función (incluida la férrea mordaza a la oposición interna) serán dispuestas. Habrá derroche de recursos, eficiencia y opulencia. Un mundo casi fantástico de cosas, muy diferente a las penurias de cada día del cubano común.
Hay más: se sabe que el gobierno de Cuba pondrá a disposición de los altos dignatarios una flotilla de modernos aviones que partirán (ida y vuelta) desde el centro y norte de Africa. Desde Europa, Lisboa es la capital escogida; en tanto, los embarques aéreos
del Nuevo Mundo serán desde Puerto España, en Trinidad-Tobago y Cartagena de Indias en Colombia. Por cierto desde esta ciudad podrán viajar a Cuba los numerosos cancilleres que estarán allí en una reunión de ministros antes de partir para la Habana. Muchos
gobernantes, como es razonable, preferirán viajar en sus propios aviones.
Por supuesto, el pobrecito Liborio correrá con los gastos multimillonarios del Encuentro Sur-Sur. Una vez más. Como tantas otras Cumbres y jolgorios políticos. Liborio (que somos todos) sabe que precisamente ahí en esos eventos se origina una parte importante de
sus miserias. La recién concluida Cumbre de ONG(s) tercermundistas en la Habana resultó una especie de ensayo general de lo que será la tónica y contenido de la Cumbre Sur-Sur del 12 al 14 de abril. Nada diferente debe esperarse. De manera semejante, el gobierno de
Cuba tratará por todos los medios de consolidar su posición entre los países tercermundistas y por supuesto, en Naciones Unidas, por carácter transitivo.
La avanzadilla política comenzó con la visita a Cuba en febrero del señor Arthur Mbanfo Banefo, presidente del Grupo de los Siete y embajador de Nigeria ante la ONU.
En su visita dio a conocer las cuatro temáticas cardinales de la Cumbre Sur entre las que no aparece en parte alguna la imprescindible cuestión del respeto a los derechos humanos, y en cambio tuvo parabienes por la acogida de su persona en La Habana.
El 20 de febrero, también en La Habana, inició sus sesiones la Reunión de Avanzadas para la Cumbre, con la asistencia de enviados especiales de los gobiernos y embajadores de un buen número de países.
Eventos todos que sirven de preámbulo al encuentro final de jefes de Estado y Presidentes.
Mientras esto sucede, al mundo lo tienen entretenido (tanto por una orilla política como por la otra) con el caso del niño balsero Elián González y con las acusaciones de espionaje contra el diplomático cubano Imperatori y su retorno al país y con otras
muchas noticias "espectaculares", que ciertamente distraen la atención sobre la Cumbre Sur y su significación ulterior para el sufrido pueblo cubano y sobre los malos momentos que estamos confrontando la oposición cubana por la tenaz persecución y el velado
ocultamiento que se cierne sobre todos nosotros para acallar nuestras voces independientes.
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