El mundo avanza
Lic. Oscar Espinosa Chepe, Cuba Press
LA HABANA, febrero - En las últimas semanas se han producido acontecimientos en la arena internacional indicadores de que a pesar de los graves problemas enfrentados por la Humanidad en este principio de siglo y milenio, existen señales de alentadores avances en la búsqueda
de la felicidad y el progreso.
En primer lugar, debe señalarse la victoria de las fuerzas democráticas en las elecciones parlamentarias celebradas en Irán a mediados de febrero, en las cuales los seguidores del Presidente Mohamed Jatami obtuvieron 166 bancas de las 290 disputadas, debiéndose
decidir otras 69 en la segunda vuelta de abril.
Jatami, electo presidente en 1997, vio dificultada su labor por un Parlamento que hasta ahora ha estado dominado por una mayoría fundamentalista. Su lucha contra las rigideces teocráticas, por ampliar las libertades individuales y de la prensa, reducir las interferencias del clero
en el gobierno y la sociedad, e insertar a Irán en las dinámicas corrientes modernizadoras contemporáneas, con esta victoria electoral se verá significativamente favorecida. No obstante, es de esperar la resistencia desesperada a los cambios de las fuerzas conservadoras,
todavía poderosas en esa importante nación.
El segundo caso es Austria, donde la instauración de un gobierno con la colaboración del Partido de la Libertad y su líder Joerg Haider, de antecedentes xenófogos y filofascistas, ha recibido un unánime y firme rechazo por parte de la comunidad internacional.
Los países miembros de la Unión Europea, a la que pertenece Austria, han manifestado diáfanamente sus preocupaciones y se encuentran dispuestos a iniciar un boicot comunitario, así como no apoyar candidaturas austriacas a puestos internacionales. Criterios de condena
sobre la formación de tal gobierno, además de en la propia Austria, han sido expuestos por otras importantes naciones, e incluso países latinoamericanos han retirado sus embajadores de Viena en señal de protesta.
Esto muestra que los conceptos de soberanía y autodeterminación de las naciones, aunque mantienen su valor para la defensa de los intereses de los pueblos y como herramientas para luchar contra la injerencia extranjera, ya no son utilizables como coartada por gobiernos violadores
de los derechos humanos y para justificar prácticas antidemocráticas.
Realmente no se vive en el mejor de los mundos posibles. Sin embargo, hechos como el avance de las fuerzas progresistas en Irán y la repulsa masiva mundial a la participación de fuerzas antidemocráticas en el gobierno austriaco, junto con otros indicios esperanzadores,
evidencian un gradual pero indetenible cambio de mentalidad a escala planetaria, encaminado al aislamiento de la intolerancia y las actitudes fundamentalistas en todas sus versiones.
Aquellos gobernantes que cegados por su tozudez persisten en una conducta inmovilista y conservadora, sin percatarse de las renovadoras tendencias actuales, pasarán a la historia como obstáculos que lesionaron a sus pueblos, al haberles arrebatado el derecho al futuro.
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