Aguas estancadas
José Cemí
LA HABANA, julio - Actualmente el Estadio Latinoamericano se asemeja a una isla rodeada de agua. Esto por sí solo ya es preocupante, pero si añadimos que esas aguas son pútridas ya todo toma otro cariz. La peligrosidad de este lugar es verdaderamente alarmante, y la
indisciplina de la gente empeora mucho más la situación porque tiran al suelo y a los "lagos" cualquier cosa que ya no necesitan, ocasionando un singular basurero.
Parece como si a nadie le preocupara las consecuencias de la contaminación, que afecta principalmente a quienes viven cerca del coliseo deportivo y a los que visitan esa instalación.
El parque aledaño al estadio también ha resultado notablemente dañado. Los charcos del pestilente líquido recuerdan los inicios de la vida en la Tierra, cuando los microorganismos pululaban en el agua hasta evolucionar hacia especies más perfectas.
Lo más trágico del asunto es la pregunta repetida hasta la saciedad: ¿Dónde están los responsables de la sanidad de estas aguas putrefactas? ¿Cuándo hará algo el Ministerio de Salud Pública para poner fin a este problema?
Hace casi cuatro meses se detectó un foco de mosquitos Aedes aegyptis en el municipio Güines, al Sur de La Habana. En el centro de ese poblado la situación tomó ribetes críticos cuando comenzó a correr el rumor de que había un caso de dengue hemorrágico.
Fue entonces que comenzó el corre corre. Empezaron a fumigar frenéticamente contra los mosquitos. La causa del lamentable incidente estaba en el conocido río Mayabeque, que pasa por el centro de Güines y está casi seco. Allí, en su fondo, pululaban las
larvas de la maléfica especie de mosquitos.
Se realizaron reuniones urgentes en el Partido Comunista de la zona y también en las sedes de las llamadas organizaciones de masas. En realidad el pueblo no conocía la causa de tanto alboroto. Varios trabajadores encargados de la fumigación sistemática de la región
fueron despedidos y, a sotto voce, se anunció que serían destituidos algunos funcionarios locales.
Con sólo limpiar bien el río y permitir que las aguas fluyeran normalmente se hubiese evitado la alarma.
Y volvemos a lo mismo: ¿quién es el culpable de que existan aguas putrefactas en el estadio Latinoamericano? ¿Por qué prosperó un criadero de mosquitos en Güines?
La principal causa de esos males es la despreocupación por la salud pública de un gobierno que dice ser un baluarte de la prevención de enfermedades, una potencia médica a nivel mundial.
¿Hasta cuándo ese gobierno mantendrá un escenario para el extranjero mientras los cubanos, tras bambalinas, vivimos situaciones verdaderamente infrahumanas dignas de cualquier documental sobre escenas tristes del Tercer Mundo? Parece que hoy, en pleno tercer milenio, se
quieren desconocer las advertencias del Dr. Finlay sobre las aguas estancadas.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se
le reconozca como fuente.
|