¿Por qué una nueva presidenta para los pioneros cubanos?
Jadir Hernández
LA HABANA, julio - Miriam Yanet Martín es la nueva presidenta de la Organización de Pioneros José Martí desde el mes de junio, como parte de la renovación que sufre en los últimos años la nomenclatura cubana.
El periódico Juventud Rebelde, en un artículo firmado por el periodista Lester Darias, atribuyó la renovación de la presidencia pioneril al avanzado estado de gestación de Niurka Doménigo, la máxima dirigente hasta ahora.
El citado artículo trae una fotografía que muestra a Niurka y a Miriam Yanet sonrientes, mirando fijamente a la cámara.
Quizás algún extranjero, desconocedor de la realidad cubana, considere lógico que el embarazo de la Doménigo sea la causa real para su liberación del cargo. Pero, en mi opinión, el mero estado de gestación de alguien nunca ha sido obstáculo
para desempeñar una responsabilidad en la Cuba actual, donde los líderes pueden delegar su trabajo constantemente en los subalternos, sin necesidad de renunciar.
En medio de la intensa batalla ideológica que libra la Organización de Pioneros y ante su inminente III Congreso, resulta muy curiosa esta "liberación". No puedo evitar remitirme al caso de Victoria Velázquez, primera secretaria de la Unión de Jóvenes
Comunistas hasta hace dos años, cuando de improviso fue liberada de su cargo para cursar una escuela que el diario Granma calificó de "necesaria para cumplir otras tareas".
¿Qué sucedió realmente con Victoria Velázquez? ¿Qué curso está haciendo? Porque por su duración tal parece que se trata de toda una licenciatura o de un doctorado en ciencias políticas.
¿Por qué fue sustituido Roberto Robaina de forma casi sui generis por Felipe Pérez Roque, como sabemos un autoproclamado incondicional de Fidel Castro?
Exactamente una semana más tarde, el 24 de junio, Juventud Rebelde publicó una extensa entrevista a Miriam Yanet, en la cual la nueva presidenta de los pioneros revela que nunca esperó dirigir esa organización. Ello podría demostrar que el traspaso de cargo
del mandato de Niurka al de Miriam Yanet, no ocurrió de manera natural y planificada, y que no fue solicitado con antelación por la ex dirigente pioneril.
Esperemos que si se trata efectivamente de una destitución y no del simple reemplazo temporal que indica el diario de la Unión de Jóvenes Comunistas, Niurka no tenga que cursar la misma escuela que Victoria Velázquez o no tenga que "pasar a desempeñar
otras responsabilidades", como el ex canciller Robaina.
En esta ocasión la puesta en escena es novedosa de veras, pero el guión no resulta convincente. Ojalá que las reflexiones de este periodista independiente coadyuven en algún modo a la supresión del bloqueo oficial a la información oportuna y verídica,
a una auténtica prensa sin ataduras.
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