Un congreso, ¿para quién?
Claudia Márquez, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, febrero - Ya se anuncia en La Habana un próximo Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas. Esta organización, creada a principios del triunfo revolucionario, ha pretendido agrupar a la mujer cubana con el fin de conducirla en las diferentes tareas que le impone
la sociedad actual.
Para la mujer que verdaderamente cree en las ideas divulgadas por la FMC, integrarse a sus filas no resulta ningún problema. Sin embargo, para las que han decidido asumir su propia visión e interpretación de la situación real de la cubana de hoy, no pertenecer a ella
constituye un inevitable reto dada las características y línea política a seguir por dicha organización.
Resulta evidente que a medida que ha pasado el tiempo, ha disminuido notablemente el interés de las jóvenes por militar en la única institución con capacidad legal para representar a la mujer en Cuba. De más está decir que cualquier otro intento de
agrupación estaría dentro del marco de la ilegalidad.
Para nadie es un secreto que las conclusiones esenciales de este próximo Congreso serán para enfatizar una mayor fidelidad de la mujer comunista al régimen imperante en la Isla, sin preocuparse en ver las posibles soluciones a los conflictos que atraviesa.
Y cabría preguntarse: ¿dónde puede encontrar tribuna para expresar sus preocupaciones la mujer que opta por un camino distinto? ¿Acaso es justo que sólo se escuche como razonable y verdadero lo que esta organización predica y que se ignoren a quienes exponen
sin miedo y con objetividad las situaciones que más aquejan al sexo femenino?
Mientras no cultivemos la cultura de la tolerancia y la ideología continúe marcando todas y cada una de las esferas de nuestra sociedad, no serán capaces quienes se adjudican ser la voz de la mujer cubana, de enriquecer con criterios diversos todo el panorama en que se ha
visto envuelta la sociedad en su conjunto y por supuesto, no se le estará dando el debido espacio al tan mal llevado y traído concepto de la libertad.
Ojalá que algún día en la diversidad se encuentren identificadas nuestras mujeres y entonces sea razonable la realización de otro Congreso.
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