CUBANET ...INDEPENDIENTE

28 de febrero, 2000



Entrevista con Elsa Morejón, esposa del doctor Oscar Elías Biscet

LA HABANA, 27 de febrero (Oswaldo de Céspedes, CPI) -

OC: Elsa, el pasado 25 fue juzgado tu esposo en el tribunal municipal de 10 de Octubre en la causa 19 por los supuestos delitos de ultraje a símbolos de la patria, desorden público e incitación a delinquir. A ti se te permitió, junto a otros familiares, asistir a este juicio. Primeramente quisiéramos que nos dijeras tu impresión y cómo recibiste al doctor Biscet cuando él entró al tribunal.

EM: Primero, quiero dar gracias a Dios por haberme dado fuerzas y sabiduría para poder soportar el estar ese día desde horas tempranas de la mañana en una vista oral donde fue condenado mi esposo y poder llegar hasta las cinco de la tarde soportando todo aquello. Quiero decir que vi bien a mi esposo, bien de salud y muy coherente. Esta es la primera vez en mis 40 años que yo voy a observar una vista oral. La palabra juicio, si se busca en un diccionario, significa hacer un análisis de ambas partes. Yo fui al juicio de mi esposo como esposa, como observadora y fui muy calculadora en observar y oír todo lo que sucedía allí adentro.

Allí se planteó, por la parte oponente a mi esposo, tres supuestos delitos: ultraje a los símbolos patrios, instigación a delinquir y desorden público. Tanto el instructor, como el fiscal, como los testigos no aportaban elementos de prueba que mi esposo había cometido esos tres delitos. En las declaraciones que hizo mi esposo, comenzó diciendo todas las actividades que había hecho a favor de la vida, por qué las había hecho, dónde había enviado sus trabajos y lo que él tuvo que sufrir como consecuencia de defender el derecho a la vida.

Cuando terminó el juicio, mi esposo dijo que todo lo que había hecho lo había hecho en favor de la humanidad y no por dinero. El abogado defensor, el licenciado Félix Hernández Ramos, realizó una defensa, a mi modo de ver, justa, valiente y digna, porque demostró, con las leyes de mi país que por los supuestos delitos que mi esposo iba a ser condenado, mi esposo era inocente. El abogado terminó el juicio diciendo que si mi esposo hubiera sido llevado a los tribunales por la Ley 88, que es la ley de la dignidad y la soberanía del país, él se hubiese tenido que quedar callado, pero que mi esposo había sido llevado a juicio por expresar sus sentimientos, por ejercer su derecho como ciudadano a la libertad de expresión, o sea, por motivos de conciencia. Sin embargo, fue condenado a tres años de privación de libertad por supuestos delitos comunes.

Otra cosa que me llamó la atención en el juicio es que durante la vista oral salieron a relucir unos detalles que era, a mi modo de ver, para desprestigiar a mi esposo, porque no tenían nada que ver. Dijeron que mi esposo bebía del dinero de la Fundación Nacional Cubano Americana, que si le encontraron un dólar en la primera detención. Salió a relucir el ayuno de Tamarindo 34, y otras cosas que no tenían nada que ver ni con la personalidad de mi esposo ni con su honradez, por lo que el abogado protestó, porque eso no estaba en la causa. O sea, que la conclusión que yo puedo sacar de este juicio contra mi esposo es que tenía dos objetivos: primero, condenarlo y sacarlo de circulación y segundo, desprestigiarlo en lo moral.

OC: Haciendo un análisis muy sintético, ¿cómo consideras que se proyectaron el ministerio fiscal y el instructor con relación al doctor Biscet y sus actividades en defensa de los derechos humanos dentro de la nación, que ellos catalogan de contrarrevolución?

EM: Ellos quisieron decir que mi esposo no es pacifista, que es un egocentrista, que lo quería era llamar la atención para que ellos actuaran, que pertenecía a organizaciones contrarrevolucionarias, que se relacionaba con la Fundación Nacional Cubano Americana, que de qué libertad hablaba mi esposo, si era de la libertad de los Estados Unidos de Norteamérica, que si los Estados Unidos de Norteamérica habían atacado a Yugoslavia, a Vietnam, una serie de acusaciones que hicieron al gobierno de los Estados Unidos. Dijeron que si era la libertad de desprestigiar a Clinton con Monica Lewinsky, la libertad que tiene Ross-Lehtinen de envolver a un niño con una bandera, que Mas Canosa había luchado mucho y no había logrado sus objetivos, que no los cumplió. Dijeron que qué democracia, si en Estados Unidos había dos partidos y que gracias a esa Fundación Nacional Cubano Americana el niño estaba en los Estados Unidos, y que mi esposo había expresado en su mensaje que el niño se quedara allí -cosa que no es cierta, ya que el abogado demostró que el mensaje solamente decía en lo relacionado con el niño Elián es que a la Corte Suprema de justicia y los jueces él les pedía sabiduría y que decidieran con justicia lo relacionado con el niño Elián González. Dijeron los acusadores que a qué libertad aspiraba mi esposo, que él había puesto un precio a su vida ¿por cerebro, por un estómago, por valor o por dinero? Yo les puedo decir que mi esposo no le puso un precio a su vida por dinero. Como dijo él al final del juicio, que todo lo que había hecho lo había hecho por la humanidad, no por dinero.

OC: ¿En algún momento el instructor trató de que los jueces interpretaran al doctor Biscet como un anexionista, un mercenario, alguien que respondía a la supuesta mafia de Miami, no solamente de la FNCA, sino de otras organizaciones en el exilio?

EM: Sí, ellos trataron de dar a entender que mi esposo era un mercenario, un apátrida, que no respondía a los principios de la patria. Por ejemplo, dijeron que en el ayuno de Tamarindo había una foto de Mas Canosa y sin embargo no había una foto de Martí. También dijeron que aquí había una foto de Camilo Mendau, cosa que no es cierta, aquí había foto de Martí el día de la conferencia de prensa. Dijeron que el acusado era un individuo que había sido captado por la Fundación Nacional Cubano Americana.

OC: ¿En algún momento dijeron que el doctor Biscet estaba subvencionado directamente por organizaciones del exilio o por personas en específico?

EM: Hablaron de que le habían ocupado un libro de lucha cívica no violenta, que era un libro escrito por un americano y traducido al español por "el contrarrevolucionario" José Basulto.

OC: ¿Y desde el punto de vista financiero?

EM: Querían dar a entender que Oscar hizo todo por dinero, cosa que no es cierta.

OC: De acuerdo a tu apreciación, ¿consideras que el defensor desbarató todos los cargos que se le querían imputar al doctor Biscet?

EM: Sí, él imputó los supuestos delitos con las leyes de nuestro país, no con ninguna otra ley, sino con las que hay aquí en nuestro país.

OC: ¿Tú crees, como esposa y como cristiana que eres, que el juicio que se desarrolló contra el doctor Biscet fue justo?

EM: El juicio que yo vi de mi esposo no fue justo, porque mi esposo no cometió ninguno de los tres delitos por los cuales fue llevado a juicio. Además, yo decía siempre que yo esperaba la justicia del Señor y yo salí de allí satisfecha. ¿Por qué? Porque el abogado pudo demostrar que él era inocente.

OC: El abogado y por supuesto la familia, ¿piensan presentar alguna demanda al tribunal para que se rectifique lo que se cometió contra el doctor Biscet?

EM: Esa pregunta no la puedo responder, porque hay que esperar a que el abogado se entreviste con mi esposo y vea si él va a apelar el juicio.

OC: ¿Qué piensas de la causa 18 del 2000 por el supuesto delito de desorden público? ¿Consideras que pueda ser juzgado nuevamente el doctor Biscet?

EM: Si lo juzgan por ese delito sería cometer un error mucho más grande que el que han cometido, porque si lo juzgan por el delito de protestar en contra del aborto y la pena de muerte, estarían juzgando al mismo Vaticano. El Papa no fue preso cuando vino a Cuba... y se paró en la televisión cubana, y dijo públicamente que el aborto era un crimen contra la humanidad. Pero además, el Papa no fue acusado de incitar a delinquir, y el Papa gritó en la televisión cubana y en las plazas públicas de este país: "¡No tengan miedo! Sean protagonistas de su propia historia!" Ahora, resulta que a mi esposo lo acusan de incitar a delinquir por conversar con la prensa dentro de una propiedad privada. Sin embargo, el Papa gritó, repitió -por las cadenas de televisión- "¡Libertad!", que los derechos humanos debían ser defendidos por todas las personas. Habló de derechos humanos, de injusticia, de libertad... y alentó al pueblo cubano a velar por todas esas cosas, y al Papa no lo llevaron a un jucio. El Papa tenía permiso del gobierno para hacer eso. Mi esposo no tenía permiso. Pero además, la mayor indignación que yo tengo es que tanto el fiscal como el instructor, como un testigo que llevaron a declarar allí en contra de Horacio García, como que Horacio mandaba dinero para la contrarrevolución, es que me mencionaron a mí en tres ocasiones: me mencionó el fiscal, me mencionó el instructor y me mencionó el testigo... y yo, indefensa, allí sentada, presenciando aquella vista oral.

OC: Concluyendo, Elsa, ¿tú crees que el tribunal haya actuado parcialmente contra Oscar Elías Biscet?

EM: Bueno, eso yo no te lo puedo decir. Lo que sí puedo decir es que las personas que yo vi en el tribunal -no me conozco los nombres- pero de vista sí, y vi a un juez que estuvo presente en el juicio de los terroristas salvadoreños que pusieron la bomba. Y la presidenta era una mujer, y yo sí vi consternación en los ojos y la expresión de esa presidenta del tribunal. O sea, que ella tiene que haberse dado cuenta de lo que estaba saliendo a la luz pública.

OC: ¿Dentro de la sala se encontraban miembros de la prensa extranjera acreditada en Cuba y del cuerpo diplomático?

EM: Sí, había prensa extranjera, alrededor de seis agencias y alrededor de seis diplomáticos.

OC: El resto de la sala, que estaba completamente cubierta de ciudadanos cubanos, ¿conocías a alguien?

EM: No sé quiénes eran.

OC: ¿Consideras que alguno de ellos haya sido algún defensor de los derechos humanos o amigos del doctor Biscet que hayan ido a participar como observadores del juicio?

EM: No, eran personas desconocidas por nosotros.

OC: ¿Quieres agregar algo?

EM: En mi modesta opinión, se le hizo un supuesto juicio a mi esposo. Quiero decir, que condenaron a mi esposo a tres años de privación de libertad. Enjuiciaron a la Fundación Nacional Cubano Americana, al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, enjuiciaron al mismo Vaticano, enjuiciaron a la supuesta mafia de los Estados Unidos. Y dijeron que todo esto se hacía por dinero y no por principios. Pero además, me enjuiciaron a mí. Hasta cierto punto me enjuiciaron a mí, y yo no pude llevar testigos. Porque dijeron que yo había recibido un dinero. Si me lo hubieran dicho yo hubiera llevado mis testigos. Yo no pertenezco a ninguna organización de derechos humanos, yo no pertenezco a ninguna asociación contra el gobierno.

OC: ¿Consideras que la justicia cubana está actuando imparcialmente?

EM: Yo creo que cada cual después de oír estas declaraciones mías relacionadas con el juicio de mi esposo, puede sacar sus propias conclusiones.



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