Natural y cultural
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, febrero - Los intelectuales "revolucionarios" de Cuba se reunieron hace muy pocos días. El motivo: el niño Elián González. El objetivo: criticar, censurar y condenar la "pseudocultura" de los cubanos en Miami.
Entre los participantes en esta última mesa-TV se encontraban Omar González, Julio García Olivera, Roberto Fernández Retamar, Miguel Barnet y otros muchos.
Allí, se dijeron muchas cosas. Desde que a Elián le están introduciendo una pseudocultura por los poros hasta que Ronald Reagan fue el presidente más idiota que ha tenido Estados Unidos. Hubo también quien afirmó que los cubanos que ahora están en
Miami hicieron una Habana a imagen y semejanza de esa ciudad estadounidense, y que ahora han hecho un Miami igual que La Habana de 1959.
Miguel Barnet hasta leyó un poema de su autoría en el que se afirma que allí, en Miami, condecoran a cualquiera con una cadena de oro que lleva colgada una imagen de Santa Bárbara con un rubí más grande que el diamante del capitolio.
Me imagino que los muchachones que en Cuba se dedicaban a arrebatar cadenas se les hizo la boca agua, y digo se dedicaban porque ya prácticamente a nadie se le ocurre en caso de que la posea andar por las calles de este país con una cadena de oro colgada al cuello.
Durante las intervenciones de esos intelectuales hubo varias citas de frases de su comandante en jefe. Eso era inevitable. Ningún intelectual que está dentro de las estructuras del régimen y que respete su empleo puede olvidarse de hacer mención o alusión a
alguna frase, "pensamiento" o hecho relacionado con el señor que hace algunas décadas sentó las pautas que tenían que seguir cuando dijo: "Dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada".
Esta última mesa-TV -es muy aburrido seguir diciendo mesa redonda, aunque es evidente que todos los que participaron en ellas tienen posibilidades de estar gordos- también quiso dar idea de espontaneidad; sin embargo, cada vez que el moderador -no sé por qué se le
dice así porque ahí no hay que moderar a nadie- solicitaba la participación de alguien ya éste tenía sus notas o su libreto preparado y la televisión pasaba vistas en apoyo del "argumento" que se estaba expresando en ese instante. ¡Lástima
de intelectuales!
Estos "representantes culturales", para los cuales la cultura está en el patio, desarrollaron su ataque a los cubanos de Miami basándose sólo en algunas manifestaciones de dos o tres de las artes, y la cultura se sabe hace mucho tiempo es un gran todo. En nuestro
caso ésta puede ir desde el casabe hasta el Congreso -¡claro, cuando teníamos Congreso!- y desde el cabildo hasta el guaguancó.
La cultura -perdón por dar definiciones- es el sedimento que va dejando y que al mismo tiempo le nutre al hombre a su paso por la vida, y tratándose de cubanos lo mismo está en Baracoa que en Miami. En ese asunto, nadie tiene el monopolio.
No obstante, para la situación de la "pseudocultura" en la que están supuestamente sumidos los cubanos en Miami hay dos soluciones. Una: dejar que esa "pseudocultura" se los zampe a todos -aunque de allá se reciben bastantes dólares para mantener
la cultura de acá- y se termina con ese problema.
Y la otra: es la que propongo, abrir de par en par las puertas del país -que no sería nada más que cumplir con el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos- para que todos los cubanos, estén donde estén y profesen las ideas
que profesen, vengan a beber y a bañarse en la cultura de su tierra. En definitiva, eso sería algo muy natural, y muy cultural.
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