Marta Beatriz disfruta un día de libertad
LA HABANA, 20 de febrero (Tania Quintero, Cuba Press) - Durante 24 horas Marta Beatriz Roque Cabello estuvo fuera de las distintas celdas en las que ha permanecido desde el día 16 de julio de 1997, cuando en unión de Vladimiro Roca Antúnez, René Gómez Manzano
y Félix Bonne Carcassés, todos integrantes del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, fue detenida 18 días después de haber redactado "La Patria es de Todos".
Alrededor de las 10 de la mañana del jueves 17 de febrero Marta Beatriz llegó a lo que una vez fue su pequeño y acogedor apartamento, en Luis Estévez 352, apartamento 3, entre Cortina y Figueroa, en la barriada habanera de Santos Suárez. El impacto fue grande:
durante su larga ausencia, su casa fue robada en dos ocasiones. Sucia y abandonada, sin apenas muebles, ni luz en la sala ni colchón en la cama. Con la ayuda
del vecindario, que en cuanto supo de su presencia no paró de visitarla, Marta Beatriz la limpió. Por frazada utilizó una funda, de la poquísima ropa que los ladrones le dejaron en el escaparate.
Marta llegó vestida de morado: es devota de San Lázaro y todos los 17 de cada mes se viste de ese color. Con una falda sencilla, un pulóver sin mangas, el largo cabello en tono caoba recogido, unas simples sandalias sin tacón y sin maquillar, la mundialmente conocida
disidente recibió a varios vecinos, amigos, algunos opositores y a casi toda la representación de los medios extranjeros acreditados en Cuba.
Junto a Marta estaba su familia: sus sobrinos María de los Angeles y Joel, Gisela , la esposa de éste y Francarlos, el hijo de ambos, con sólo 45 días de nacido y al cual Marta cargó y acarició. Sólo faltó Berta, la hermana mayor.
El inesperado pase concedido por la Seguridad del Estado Marta Beatriz lo atribuyó a un gesto que las autoridades han querido tener con ella, luego de haberle hecho entrega formal, el 16 de febrero, de la Sentencia No. 4, dictada el 9 de febrero del 2000 por el Tribunal Supremo Popular y
la cual deja sin lugar el recurso de casación presentado por los abogados de Marta Beatriz, Vladimiro y René (Bonne no apeló).
La sentencia recoge los mismos argumentos de la petición fiscal expuestos en el juicio del 1 de marzo de 1999 y ratifica las sanciones: 5 años de privación de libertad para Vladimiro, 4 para René y Bonne, y 3 años y 6 meses para Marta Beatriz, por supuestos
delitos contra la Seguridad del Estado.
Sin embargo, declara con lugar el recurso por Infracción de Ley interpuesto por Gómez Manzano, relativo a la sanción accesoria que prohibía el ejercicio de la abogacía a René, jurista de profesión y fundador de la Corriente Agramontista,
movimiento civilista integrado por abogados cubanos.
Tres preguntas fueron habituales entre los corresponsales extranjeros: el caso Elián; el próximo juicio del opositor Oscar Elías Biscet y sobre los otros colegas del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, especialmente Vladimiro.
El tema del niño naúfrago de la Florida es seguido de cerca por Marta, quien tiene acceso a la TV y la prensa nacional en sus encierros últimos (casas secretas de la Seguridad del Estado) en las afueras de la ciudad y la sala penal del hospital militar Carlos J. Finlay,
donde se encuentra desde el 25 de diciembre último).
Su respuesta fue la misma para todos: la decisión está tomada por el Servicio de Inmigración y Naturalización de E.U. y sólo tienen que hacerla cumplir. Marta es partidaria de que Elián regrese al lado de su padre y de su familia en Cárdenas.
Cuando el creador de la Fundación Lawton, el médico Oscar Elías Biscet, despuntó como opositor, ya los cuatro estaban encarcelados por lo cual Marta alegó no tener elementos para opinar sobre uno de los organizadores del ayuno de Tamarindo 34, detenido desde el
3 de noviembre de 1999 y en vías de comparecer a un juicio donde le piden 10 años de prisión por distintos delitos.
De René -en estos momentos en la cárcel de Valle Grande, en la capital- Marta dijo que suponía que al serle informado también de la Sentencia que dejaba sin lugar la apelación y con lugar su petición, éste probablemente también gozaría
del beneficio de una estancia en su hogar.
No se tenían noticias últimas sobre Félix Bonne, pero Marta piensa que en cualquier momento pudiera ser trasladado para un correccional -al igual que René- con un régimen carcelario más abierto. Bonne expira su sanción en el penal de Guanajay, en
el interior de La Habana.
Pero la mayor preocupación de Marta fue la situación de Vladimiro, quien desde noviembre de 1997 permanece en una celda de máximo rigor en Ariza, Cienfuegos, penitenciaría considerada como la Alcatraz cubana.
Vladimiro estuvo presente en las 14 horas en que estuve al lado de Marta Beatriz. Por lo menos, Marta quisiera que lo acercaran a su residencia: Ariza queda a 300 kilómetros al sureste de La Habana.
Pese a su delicado estado de salud -padece de una displasia mamaria crónica que pudiera devenir en una neoplasia- su apariencia era óptima. Calmada, amable, respondió sin rodeos todo lo que periodistas, amigos y familiares quisieron saber. En la larga madrugada que sus más
allegados pasamos en su destartalado apartamento, esta economista disidente no dio muestras de cansancio y mantuvo su excelente estado de ánimo.
Ella aseveró: "unque he sido la que más tiempo he estado fuera de la cárcel, he sido la que ha estado más tiempo sola, rodeada exclusivamente por agentes de la Seguridad del Estado". Por primera vez, este 17 de febrero, ella estuvo tantas horas sin sus
guardianes. Alguien hizo señas de cuidarse al hablar, pues el lugar pusiera estar "alambrado". Pero ella, como siempre, habló sin miedo lo que pensaba. Imperdibles fueron sus relatos del juicio; las condiciones de vida de Manto Negro (Prisión de Mujeres de Occidente),
y en el hospital; de los traslados incesantes en carro; de sus visitas a la iglesia y de sus carceleros, más humanos unos, más déspotas otros.
A sus íntimos contó de la visita que el jueves 10 de febrero hiciera a casa de Elizardo Sánchez Santacruz. Antes de despedirse, Elizardo le regaló un libro del economista Hayek y dos animalitos de adorno: un león y un mono. "Cuando llegué al
hospital cogí un alambrito de un ramo de flores que mi sobrino me había llevado y los uní con una especie de cadena", contó risueña.
En todo momento reconoció la valiosa ayuda espiritual que le ha dado su Iglesia, la Católica, y subrayó la importancia de leer la Biblia cuando se es prisionero. A un corresponsal de un periódico español dijo: "Mis ideas nunca han estado presas. Todo este
tiempo ha sido creativo, porque me ha permitido estudiar y reflexionar. Si algo madura a un ser humano es la cárcel". Y a otro, de la TV, rebatió: "¿Por qué la oposición debe tener un protagonismo? La disidencia en Cuba lo que necesita es un espacio para
tratar de llegar, pacíficamente, a una solución entre cubanos".
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