Algo distinto en la TV cubana
Miriam Leiva, Cuba Press
LA HABANA, febrero - "La Otra Cara" no sólo es un buen título para el nuevo serial novelado cubano que se presenta en la televisión. Afortunadamente, el 2000 parece que a más de marcar el inicio de un milenio también augura destape de la creatividad.
No creo que se trate de un despertar, sino de la oportunidad asida por el director, la guionista y sus mentores. Lo novedoso es el "atrevido" tratamiento de temas hasta ahora tabúes, pero que forman parte de la realidad social cubana. Obra costumbrista no, incluso cuando algunos
temas son muy específicos del "período especial". Se muestran situaciones que bien podrían ser vistas con recelo en muchos países con prejuicios, debido al nivel de desarrollo sociocultural.
Machismo, racismo, hacinamiento habitacional, ansias de encontrar la solución a los problemas económicos y existenciales en el extranjero, la crítica edad del climaterio masculino, capaz de desbaratar un matrimonio de veinte años por la carne fresca femenina, el
empresario que goza de ventajas socioeconómicas gracias al auge de las empresas mixtas o el turismo, son temas que se abordan con crudeza inteligente.
Pero más allá de los problemas mismos, encontramos seres humanos, y muy humanos. Por ejemplo, el homosexualismo, muy poco abordado en TV y algo en el cine con "Fresa y chocolate", en "La Otra Cara" se torna más polémico y audaz aún por
presentarnos a una bella pintora joven que convive con un mecánico, también joven, y machista. De por sí, la comunicación no existe debido a desniveles culturales. Y este hombre, al sentirse engañado por ese frenético amor, casi muere de rabia y dolor cuando
conoce que su adversario es, nada menos, otra mujer.
El esfuerzo temático se ve colmado con excelentes actuaciones de actores y actrices inicialmente probados en televisión y cine cubanos, y luego por la dura competencia de las telenovelas colombianas, venezolanas y mexicanas. Un Alabertico Pujol desgarrador o pícaro popular,
tan real que nos transporta, para sólo mencionar la cúspide hasta el momento.
Ni drama ni picaresca: es la vida misma. Hilarante en ocasiones, con sus colores brillantes y opacos, que llevan a la reflexión, la comprensión o la discrepancia... porque ciertamente ha sorprendido a los espectadores.
Las estrecheces temáticas, con clichés y superhéroes, han sido la tónica, salvo excepciones casi siempre puntuales. En contraposición, la nueva teleserie se mueve con soltura en capítulos que recrean a cuatro hombres de carne y hueso en su medio social,
características laborales y familiares, complementados por personajes secundarios con breves expresiones orales y gestuales como pinceladas enriquecedoras.
Aún no hemos visto la mitad de "La Otra Cara", pero nos entusiasma el nuevo estilo. Los autores ya han anunciado la pronta filmación de un serial dedicado a protagonistas femeninas. Esperamos poder deleitarnos, junto a la población, ansiosa de espacios televisivos
con la calidad y variedad que se merece.
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