Los muñequitos para mi niña Decoro
Claudia Márquez, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, febrero - Hay temas de los cuales no quisiéramos tratar. Pero están ahí presentes e ineludibles. Y ése es el tema de Elián. El niño de 6 años más famoso del mundo.
El tema es bien complicado y la ley es quien debe dar el veredicto final. Unos dicen que no creen que el padre no lo sabía, otros que sí lo creen. Muchos se cuestionan por qué el padre no fue a Miami. Otros argumentan que porque lo iban a secuestrar. Se ha dicho que la madre
del niño se fue obligada. El humor popular se hace presente cuando algunos dicen: "Aquí obligado es el que se queda".
En fin, que entre marchas, mesas redondas, discursos y el spot televisivo de Ileana Ros con cara de lobo, ya llevamos los cubanos más de dos meses abrumados por el caso de Elián. No pretendo entrar en el debate. Es innegable que el pequeño ha sufrido una tragedia. Perder a
su madre a tan corta edad y en una situación traumatizante y estar perseguido día y noche por cámaras de televisión y ojos que le miran como a un extraterrestre no puede dejar de ser desagradable.
Pero pensemos en nuestros niños. Ya se había convertido desde hace muchos años en un hábito de nuestros pequeñitos ver los dibujos animados a las 6 de la tarde. Todos los que hemos convivido con niños en Cuba sabemos que esta ha sido así. Este es
el horario que las madres cubanas aprovechan para inventar qué dar de comer a la familia. El televisor con la tradicional programación infantil se encargaba de entretener a los niños.
Los adultos, por otra parte, en ese horario sintonizaban la emisora de mejor programación en Cuba, Radio Taíno, la Tour Station in Cuba y el programa favorito "De 5 a 7". Este era un espacio de música muy variada.
Ahora todo ha cambiado. Ya no hay muñequitos para los niños y ni Radio Taíno se escapa a "la lucha incansable por la liberación del niño secuestrado". "De 5 a 7" ya no es un programa musical. Se ha convertido en una mesa redonda sin música
y con psicólogos que hablan de Eliancito como un niño triste.
Hace varios días una vecina conversaba acerca del tema del momento en presencia de su niña. Ella hablaba acerca de unos fanáticos religiosos que predecían que el próximo milenio sería el primero de la era de Elián. O sea, que de nuevo estamos en
el año 0.
Su niña intervino y exclamó: "¡Mami, yo quiero que Elián regrese pronto!"
Mi vecina, entre asombrada y conmovida, le preguntó: "¿Tú quieres que el niño esté con su papá?"
La niña contesto: "Y que me vuelvan a poner los muñequitos".
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