Food and money
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, febrero - Comer en Cuba cuesta caro. Si le sucede como a Pepito, que soñó con un arroz amarillo con jamón y vegetales, seguro debe tener por almohada una buena cantidad de pesos.
Por el contrario, si sigue una dieta de viandas hervidas, el menú calificaría de mucho más económico. Un menú de varios platos es asunto de días de fiesta.
Aunque para el goloso Pepito no era día de fiesta, decidió decretarlo por el aniversario impreciso de su perro Pacholo, y pactó con su mujer Yumisleysis que ella hiciera el plato soñado si él buscaba los ingredientes.
Fue al mercado libre más cercano y compró dos libras de arroz a cuatro pesos, un mazo de acelgas a dos, una calabaza de tres libras por 4.50, un sobrecito de bijol a dos, un mazo de cebollas medianas a ocho, dos cabezas de ajo a 1.50 cada una, una libra de jamón a 45, un
pomo pequeño de aceite a 20... ¡ah! y un mazo de zanahorias a cinco pesos. Luego pasó por la bodega donde debe comprar su cuota mensual y llevó una botella de vino seco por la cual pagó 45 centavos.
Regresó a su casa con una jabita plástica en la que echó todo, salvo el deseo de comerse un sueño, y le dijo a su mujer: "¡Yumi, aquí tienes nuestro almuerzo!" Pues lo demás a agregar lo tenía en su casa.
Mas lo mejor, créalo, sucedió cuando se sentó a refrescar la caminata y sacó la cuenta de lo que invirtió en el plato soñado: nada menos que 97.95.
Papito pensó que el ahogo sería de la caminata, pero enseguida percibió que le subió la presión arterial. ¿El ascenso de la presión sería por la caminata o por el descenso de su bolsillo? ¡Diga usted!
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