Fórmulas de Lage para anclar el socialismo
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, febrero - Como barco a la deriva, hay que anclar el socialismo en Cuba. Esa es la imagen que ofrecen las palabras del Secretario Ejecutivo del Consejo de Ministros, doctor Carlos Lage.
"Hay que explotar todas las potencialidades presentes en nuestras entidades", dijo, "para conducir a resultados mayores. El aumento de la eficiencia, de la disciplina laboral y el máximo control sobre los recursos de que disponemos, tener una contabilidad que sea un real
instrumento de control, es como anclar el socialismo en la base empresarial".
En sus palabras, dirigidas a administradores de empresas, añadió Lage: "Se trata de ganar el máximo de eficiencia de la economía socialista, como condición imprescindible para que triunfen las ideas del socialismo".
El discurso de Lage, que en esencia no difiere de lo que viene oyendo por cuarenta años el pueblo cubano, contiene un error raigal: obvia por completo la entraña absolutista del régimen gobernante, que absorbe y anula por completo la individualidad del ciudadano, al que
enajena en sus posibilidades de desarrollo, de progreso. Son demasiadas las ataduras y cadenas del cubano.
La fórmula real para resolver los problemas de Cuba -no sólo los económicos, aunque también éstos- consiste sencillamente en desatar las fuerzas productivas, permitir la libertad de mercado, la libre contratación, dar riendas al desarrollo de las
potencialidades de una sociedad civil, plural, en que además y por sobre todo, se respeten los derechos humanos y ciudadanos.
¿Fácil, verdad? ¿Para qué Lage andará buscando por dónde le entra el agua al coco?
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