Tributos
Guillermo Alvarez R., Cuba Press
LA HABANA, febrero - Las tribunas abiertas, que con motivo del reclamo del niño Elián González Bretons incentivaron sin duda alguna la magullada Revolución cubana, en un final de milenio que presagiaba confusión, sirvieron a algunos para pagar sus tributos.
Así, mientras muchos de los oradores expresaron sus ideas o argumentos sobre el tema en boga, otros aprovecharon para ponderar las victorias del socialismo antillano, con un canto a sus propios triunfos, a los éxitos individuales, solapados en una autoevaluación pomposa y
vulgar.
Porque más allá de una opinión juiciosa y contundente, los "aprovecha-ocasiones" de siempre convirtieron sus oratorias en una presentación de sus "tesis de grado", en un ambiente de cifras, datos, estadísticas comparativas, cual rendición
de cuentas de alcaldes arrabaleros.
Pero lo curioso del caso no radica incluso en el optimismo corriente, sino en las falacias de las exposiciones.
Así, por ejemplo, está el de una connotada científica, directora de cierta renombrada institución, la cual, al hablar, dijo:
"Elián va a aprender que la luna es más importante que los carteles lumínicos". (Claro, sobre todo cuando tocan apagones en su barrio, en que el astro sirve como lámpara de noche).
Luego añadió que "...en este país a cualquier niño del mundo que necesite una vacuna se le suministra gratis".
Es cierto, mientras que otros niños cubanos necesitan medicamentos que sólo están a la venta en divisas en esta misma maravillosa Isla. Como aquella popular Emulsión de Scot, que en mi niñez costaba unos 75 centavos y hoy sólo puede adquirirse en
farmacias con divisas a 6.20 dólares, unos 122 pesos al cambio oficial.
Desde hace varios meses mi hija padece duodenitis, para lo cual el médico le recetó ORNIDAZOL, sólo a la venta en el mismo tipo de farmacias que mencioné antes, al precio de 17 dólares (340 pesos cubanos), el salario mensual de muchos profesionales aquí.
Y resulta curioso que en esos pases de revista, de inventarios oficiales, los autores no fueron los estudiantes, trabajadores o amas de casa que desfilaban por las tribunas.
¡NO! Los chequeos de metas cumplidas o por cumplir estuvieron a cargo de hombres de ciencia, artistas, intelectuales, pedagogos y periodistas, que convirtieron el reclamo de Elián en una asamblea de méritos y deméritos; en un acto del Primero de Mayo o por el 26 de
julio, los utilizados en Cuba para anunciar logros inexistentes y planes que nunca se desarrollarán.
Pero la Revolución de vez en cuando requiere de eso, con el imperialismo yanqui como telón de fondo.
Y porque las giras turísticas al exterior de estos consagrados revolucionarios son tramitadas y costeadas por los Ministerios de Salud Pública y Educación; el ICRT y la Unión Nacional de Escritores y Artistas o la Unión de Periodistas de Cuba, entre otros.
Todo lo que se diga respecto a la familia secuestradora de Elián en Miami cae en el plano íntimo de sus González. Aunque nuestra "vanguardia revolucionaria" añadiera el producto de su coleto, tal vez por aquello de "toma chocolate y paga lo que debes"
y queriendo estar con Dios en la cama del diablo.
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