CUBANET ...INDEPENDIENTE

7 de febrero, 2000



Mirando hacia el norte

Iván García, Cuba Press

LA HABANA, febrero - Es casi un drama. Veinte mil cubanos cada año legalmente se marchan a E.U. Desde la firma de los acuerdos migratorios en 1994, más de 100 mil viven en el "imperio revuelto y brutal". Pero hay más. Dos millones de compatriotas se han largado de la isla en 41 años de una revolución hecha para -supuestamente- satisfacer a los más humildes.

Miles de matrimonios sin amor con españoles, italianos, suizos o alemanes se tramitan todos los años. Los que se van no son escoria o traidores a la sociedad como pretenden hacer saber las autoridades de la isla. Desertan militares, guardaespaldas de Castro, oficiales de la Inteligencia, médicos, maestros, artistas, deportistas y también jóvenes desocupados o desesperanzados por la espantosa cotidianidad en que viven.

Se desconoce la cifra de los que han muerto en el Estrecho de la Florida en su intento por aspirar a un futuro distinto. Pese al miedo a la muerte, lo siguen intentando. El caso más connotado es el de Elizabeth Brotón Rodríguez, la madre de Elián, quien pereció en la travesía.

Gracias a Dios, su hijo salvó milagrosamente la vida. Y se ha convertido en una pelota de ping pong político entre La Habana y Miami. La justeza de la causa por el regreso del niño no ha impedido burdas manipulaciones de castristas y sus enemigos. Desde el 5 de diciembre, Héctor, de 18 años, que vive solo con su madre a pocos metros de la Oficina de Intereses de E.U. en Cuba, ha tenido que soportar día y noche gritos y comparsas callejeras en pro del regreso de Elián.

Héctor no le ha prestado mucha atención al asunto. Cree que "si el padre desea que venga de vuelta, lo debe traer". El, por supuesto, no hubiera actuado igual que el padre de Elián: está buscando todas las vías para abandonar el país que lo vio nacer.

El viernes 14 de enero la mañana amaneció fría y mientras los rayos solares débilmente calentaban, Héctor se afeitaba y se vestía para una cita a la una de la tarde en un café del Malecón habanero. Allí se vería con su nuevo compromiso, un empresario canadiense. Durante todo el tiempo que duró su acicalamiento, por las ventanas de su cuarto se escuchaba el corear de más de 100 mil mujeres pidiendo la devolución de Elián.

La propia madre de Héctor era una de las participantes en el desfile convocado por el gobierno. No por convicción, sino para guardar la forma. Trabaja en una corporación extranjera y no quiere que la "marquen" por desafecta. Héctor sonríe y mueve la cabeza, y en voz baja comenta que "ella es más recalcitrante y extremista que Ileana Ros-Lehtinen", la congresista cubanoamericana que es centro de los ataques publicitarios en la isla.

Son casos típicos de la doble moral que se vive en Cuba. Héctor lo sabe, pero no le importa. Se apresura para la cita. No siempre él fue homosexual. "Lo soy por la necesidad de abandonar el país". Su metro y 83 centímetros de estatura, ojos pardos, piel trigueña y pelo negro y sedoso cautivaron a un viejo canadiense que labora en la Mayor de las Antillas y por las noches solía acudir al bar "gay" de moda en La Habana, al lado de la firma automovilística Fiat, frente al mar.

Héctor, con colegas maricones y lesbianas, pasaba hasta altas horas de la noche para "pescar" una pareja con pasaporte y dinero que lo sacara del país. A Héctor no le fue difícil. Precisamente mientras las más de 100 mil mujeres regresaban cansadas y presurosas hacia sus hogares, a preparar algo de comer para sus hijos y esposos luego de marchar pidiendo el regreso de Elián, Héctor, sentado bajo una colorida sombrilla, veía indiferente a la multitud mientras saboreaba un helado de chocolate en compañía de su "novio", gordo y extranjero, que le anunciaba la buena nueva.

Dentro de un par de meses, a más tardar, estaría en Montreal. "Antes de la primavera", le aseguró su compromiso. Héctor se despidió del enamorado canadiense y presuroso avanza por el Malecón, sin importarle el salitre pegajoso que en su rostro van dejando las olas.

Ya en la casa, le da la noticia a la madre, quien aún no se había quitado el pulóver con la cara de Elián, gratuitamente obsequiado por el gobierno a los manifestantes. Ella estalla de júbilo. Hubiera deseado que para marcharse del país su hijo no se hubiera convertido en homosexual, "pero el fin justifica los medios y este infierno no tienen por qué aguantarlo los jóvenes", dice.

La señora ha olvidado que hace apenas dos horas era una de las que con vehemencia gritaba para que Elián retornara pronto a su patria. En la penumbra de la sala, Héctor y su madre trazan su futuro y hablan sobre la posibilidad de que éste la reclame. Todavía habrá que aguardar un tiempo. Pero si algo se sabe hacer en Cuba es esperar.



CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

SECCIONES

NOTICIAS
...Prensa Independiente
...Prensa Internacional
...Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
...Inglés
...Alemán
...Francés

SOCIEDAD CIVIL
...Introducción
...Cooperativas Agrícolas
...Movimiento Sindical
...Bibliotecas
...MLC
...Fraternidad de Ciegos
...Seguidores de Cristo
...Estudios Sociales
...Ayuno

DEL LECTOR
...Cartas
...Debate
...Opinión

BUSQUEDAS
...Archivos
...Búsquedas
...Documentos
...Enlaces

CULTURA
...Artes Plásticas
...Fotos de Cuba
...Anillas de Tabaco

CUBANET
...Semanario
...Quiénes Somos
...Informe 1998
...Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887