La Cámara de Comercio de Cuba, herramienta del monopolio estatal
Reynaldo Cosano Alén
LA HABANA, febrero - El presidente de la Cámara de Comercio de la República de Cuba, Héctor Pérez, en días recientes dijo: "Existe un alto potencial de empresas exportadoras y deben ver en la Cámara una herramienta efectiva de trabajo". Para
dar mayor credibilidad a lo afirmado, acotó Pérez que la Cámara cubana cuenta con unos 500 asociados y que a su vez la de Cuba forma parte de la Cámara de Comercio Internacional (que agrupa a cuantas existen en el mundo) y también de la Cámara del Caribe,
con 19 países asociados.
De la manera que el gobierno presenta el asunto parecerá que en Cuba existen verdaderos empresarios cubanos independientes y auténtica libertad de mercado y comercio. No es así. Tanto el comercio de importación como de exportación está estrictamente
controlado por el Estado, al extremo que por ejemplo, en el comercio minorista (que es donde finalmente se realiza la mercancía o producto acabado) no existe ni una sola empresa independiente extranjera que tenga real participación. No podía ser de otra manera en un país
con gobierno totalitario, estalinista, como el nuestro.
Recordemos que en Cuba no existen ni pequeños, ni medianos, ni mucho menos grandes empresarios cubanos independientes. Lo único que existe es un puñado de trabajadores privados en extremo extorsionados y acosados por el propio gobierno que los autorizó, para los
cuales no existe la Cámara de Comercio, ni ellos existen para la Cámara. Lo que sí existe en Cuba es una economía absolutamente cerrada y un señor que la cierra y entreabre un poquito a su antojo y conveniencia.
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