La línea dura
Germán Castro, Cuba Press
LA HABANA, febrero - La prensa oficial cubana publicó el 28 de enero varios fragmentos de un artículo aparecido el día antes en el periódico La Jornada, bajo el título "Imposible negociar con cubanos de Miami", y que se basa en declaraciones de
Richard Nuccio, ex asesor de Clinton para asuntos de Cuba y actual académico; tal vez, como apunta el diario "el analista que mejor conoce a los grupos cubanos" en Estados Unidos, en virtud de lo cual "considera que no hay posibilidad de negociar con los que radican en Miami ya
que mantendrán la línea dura a pesar de que a largo plazo ésta será derrotada como opción política en la relación bilateral". Así que, refiriéndose siempre al escenario miamense, concluye: "La batalla es sobre la línea
dura, no sobre Elián"; batalla que supone se libra entre legisladores republicanos de ese estado y el liderazgo cubanoamericano, especialmente después de la muerte de Mas Canosa.
Y no hay por qué dudarlo. Los hechos desatados a partir de la tragedia del balserito lo confirman. Sólo que el análisis del señor Nuccio es notoriamente parcial y, por lo mismo, sirve a la imagen que sobre el tema pretende vender el gobierno cubano. Por eso, algunas
de sus ideas se ganaron el dudoso honor de aparecer en uno de los tres periódicos más importantes que hay en Cuba.
Asimismo, si uno de los objetivos secretos de los congresistas anticastristas y los grupos de Miami, con el caso de Elián, es -como él dice- destruir los acuerdos migratorios, no hay por qué suponer que de ese lado se encuentra toda la culpa. Verlo así, sería
como regresar al mundo imaginario de los "oestes" de Hollywood.
Pero citemos todavía el último fragmento: "Fidel sabe bien lo quiere, Estados Unidos no sabe lo que quiere. Esto puede llevar a un escenario desastroso". Porque resulta una idea particularmente interesante. En primer lugar, ignora que de escenarios desastrosos, los
cubanos de la Isla estamos bien enterados desde 1959. En segundo lugar, que si ese escenario puede ser aún peor, no es porque un bando sepa lo que quiere y el otro no. Eso es evidente. En cualquier caso, señor Nuccio, el problema está en qué quiere cada cual y, por
supuesto, en qué quiere cada cual y, por supuesto, en qué hacen para alcanzarlo.
El caso de Elián lo pone de manifiesto. Si se observan todos los ángulos, la politización, o fue simultánea en La Habana y Miami, o comenzó en La Habana, línea dura incluida. Y así se ha mantenido. De modo que la batalla alrededor del caso se
libra realmente entre legisladores republicanos, el liderazgo cubanoamericano y el gobierno de la Isla. Y las reglas, si observamos con atención, no es Miami quien las pone. Si miramos bien, Miami es hija de la Revolución cubana y simplemente actúa muchas veces con el estilo de
su progenitora, aunque sea para atacarla.
Por eso, señor, no debió decir que es imposible negociar con los cubanos de Miami, y poner ahí el punto. La idea correcta habría sido, si acaso, IMPOSIBLE NEGOCIAR CON CUBANOS DE MIAMI Y DE LA ISLA. Y lo único que habría ocurrido es que la prensa del
Partido Comunista de Cuba lo hubiese ignorado y que el liderazgo cubanoamericano tal vez lo mandase a paseo. Pero, como compensación, la opinión pública estaría agradecida.
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