Alquimia
Miguel Angel Ponce de León, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, febrero - Al salir, lo que era una tela perfectamente blanqueada se había transformado en un rectángulo de luz azul, tamizada por uno de los vitrales habaneros. Me deslumbró.
Dejé al joven aprendiz de brujo en mi sala. Mientras, yo perdía mi tiempo buscando vegetales baratos en una ciudad donde comer -ya no hacerlo bien- te cuesta la honra.
Al volver, sobre mi suelo ajedrezado, encontré una alegre alusión a una tardía época de Joan Miró. ¿Un remake?
Dejé los paquetes sobre el piso y contemplé la belleza y alegría que emanaban de ese rectángulo azul vitral. Un miriápodo de un blanco puro se acerca con timidez a algo de forma ovoide. Una procesión de orugas verde chartreusse zigzaguean hasta la cima
de la tela. Una luna de un blanco argentado toma expresión al casi rozarla -como si fuera una ceja sobre el ojo- una cinta rojo cadmio. Otras, del rojo más puro separan al miriápodo de las orugas, mientras dos manchas negras acentúan los valores tonales de la composición.
Los vivísimos ojos del joven pintor se posaron sobre los míos. La risa brotó al comprobar mi admiración.
Tomamos varios platos de sopa de arroz hasta llenar nuestros estómagos. El espíritu, ambos, lo teníamos rebosante de felicidad.
No trato en ningún momento, todo lo contrario, de justificar las sopas de arroz. Estoy plenamente de acuerdo con Doris Lessing* cuando expresa que la cosa más exasperante que se decía en los 60, la época de la estupidez personificada, era que todo lo que necesitamos
es amor. Pero... ¿de dónde obtiene este joven la fuerza? ¿Cómo procesa una realidad que es aún peor de la que se pueda imaginar para convertirla en luz y color, en belleza?
Esta transmutación del plomo en oro dentro de la mente de este joven artista me reafirma en la seguridad de que al retirarse las sombras de Mordor dejando ver nuevamente nuestro cielo, y el mago negro libere las fuerzas creativas de cada individuo que habita en este archipiélago
esmeralda, el amor y el bienestar serán, al fin, el sino de todos los cubanos. Los de aquí y los de allá.
*Doris Lessing. Una entrevista de Juan Ramón Ibarra. El Dominical - 16 de mayo de 1999. España.
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