Círculo
vicioso
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, diciembre - Una creciente campaña de prevención del
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) tiene lugar en Cuba en los
últimos tiempos. A través de la televisión se transmiten
mensajes acerca del tema y se promueve el uso del condón como método
seguro para evitar el contagio. Por las calles de La Habana es frecuente que
grupos de personas entreguen a los transeúntes plegables con
explicaciones respecto a la enfermedad y que repartan condones, aunque escasean
en las farmacias.
Desde luego que esto resulta muy positivo, pues el sida constituye un
flagelo que provoca un creciente número de víctimas en diferentes
partes del mundo. En Cuba, hasta hace muy poco tiempo, aunque se reconocía
que había enfermos contagiados con el virus y un número de
portadores, el tema era escasamente abordado en los medios de prensa. Después
que se detectaron los primeros casos de sida en 1986, durante varios años
las cifras de contagiados se mantuvo en secreto y los pacientes eran recluidos
en sanatorios y aislados de la sociedad, de manera que se convertían en
prisioneros aunque, según un ex trabajador del sanatorio de Santiago de
las Vegas, las condiciones eran buenas.
El primer sanatorio para enfermos de sida se estableció en Ciudad de
La Habana a pocos kilómetros del poblado Santiago de las Vegas, en las
afueras de la capital cubana. En un principio, para poder salir del lugar los
pacientes eran custodiados y quienes se fugaran de esa instalación eran
encarcelados en la cárcel Combinado del Este acusados de "propagación
de epidemias".
Según informaciones de funcionarios del Ministerio de Salud Pública,
el número de contagiados aumentó en todo el país. Las
cifras mayores se ubican en la capital y están asociadas a la práctica
de la prostitución. Como dato curioso revelado por Jorge Pérez,
director del sanatorio de La Habana, es significativo que a partir de 1996 creció
el número de contagiados varones que ejercen la prostitución y en
la actualidad existe la tendencia de que crece más la prostitución
masculina que la femenina.
Con independencia de lo informado por el doctor Pérez, es una
realidad visible la presencia de un gran número de jóvenes del
sexo masculino que se caracterizan por tener una figura atlética y
atractiva, en las cercanías de los centros turísticos y hoteles de
la capital.
Conversé con uno de ellos, de la raza blanca, 21 años de edad,
y me declaró que las causas por las que había tantos varones en
ese "oficio" son las mismas que motivan a las mujeres. Además,
reconoció que aunque está consciente de los riesgos de enfermar de
sida, si un cliente pedía tener relaciones sin el uso del condón, él
se arriesgaba pues así aumentaba el precio a 100 ó 150 dólares,
lo que significa el salario de varios meses de trabajo de un profesional cubano.
En la actualidad existen sanatorios en todas las provincias del país,
pero a partir de los años más difíciles del período
especial y ante el fracaso de evitar el creciente número de infectados
mediante el aislamiento de los casos detectados, las autoridades sanitarias
permiten que los enfermos permanezcan libres y les dan asistencia médica
ambulatoria.
Sin lugar a dudas, es evidente que la presencia del sida en Cuba se convirtió
en un hecho preocupante y ascendente. Aunque en los primeros años las
causas de las infecciones eran otras, en la actualidad están vinculadas
al aumento del turismo extranjero y a la práctica de la prostitución
asociada a él. La difícil situación económica abrió
las puertas al turismo, industria que aporta el 50 por ciento de los ingresos
económicos de la Isla. Por otra parte, esta dolarización se
revierte en peores condiciones de vida para los nacionales y causa que muchos jóvenes,
de ambos sexos, opten por prostituirse como única vía para obtener
los dólares que le proporcionan una vida más cómoda. Este
es un círculo vicioso donde está atrapado el presente y el futuro
de Cuba.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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