La
mentira: característica del régimen totalitario cubano
Juan Téllez Rodríguez
LAS TUNAS, diciembre - Cuando pienso en aquel 1ro de enero de 1959 y hoy veo
cómo está Cuba, digo: no creo ni en una sola palabra de "quien
tú sabes".
"Quien tú sabes" supo con falacias confundir a un pueblo
que quería democracia y repudiaba a la tiranía. No faltaron a su
lado los "trepadores de turno" desde el primer momento que, con vileza
y oportunismo, hoy en día se mantienen después de tantos años
de dictadura.
A un pueblo al que se le ofreció de todo y nada se le cumplió.
Se habló, por ejemplo, de igualdad social, pero sólo hay
desigualdad. No es lo mismo ser un funcionario comunista que todo lo tiene
garantizado -siempre que sea fiel a su partido- que el obrero que en el trabajo
deja su vida para apenas sobrevivir o vivir de milagro. Hay trabajadores que
cortan caña descalzos en los cañaverales, porque les dicen que si
no hay azúcar tampoco hay zapatos.
Tantas desgracias han ocurrido del 59 a la fecha, pero puedo afirmar que en
la Isla lo peor es la mentira.
La mentira no se limita a los discursos oficiales, sino que también
se manifiesta, se vive. Las personas encuentran en la falsedad una manera de
resistir, una coartada para tener una vida relativamente "tranquila",
es decir para no ser molestados por la policía política.
Lo que hoy vemos en el país no es más que la consecuencia de
las enseñanzas de "quien tú sabes".
Cuando pienso en los que están presos por querer vivir en la verdad,
y observo cómo la mentira se ha convertido en un modo de vida, me
espanto.
Cuando pienso que los niños cubanos mayores de 7 años tienen
que ir a las escuelas sin beber ni un sorbito de leche, con excepción de
los hijos de "quienes tú sabes", me pregunto: Si esto es el
paraíso, ¿cómo será el infierno?
Cuando "quien tú sabes" comenzó su obra teatral dijo
que los ancianos no estarían desamparados, pero contrariamente a ese
discurso yo los veo olvidados, como trastes inservibles. Muchos de ellos no
comen carne ni toman leche. La jubilación que reciben ronda los 100
pesos, menos de 5 dólares, al mes. ¡Vaya pago para los que ayudaron
a la construcción de la "nueva sociedad"!
Aquí, en Cuba, impera la mentira. Es el emblema de un sistema político
que arruinó nuestra nación. La verdad duele y requiere
sacrificios; la mentira es fácil y contagiosa.
No obstante, hay muchas personas que por la verdad se han enfrentado a "quien
tú sabes", al mismo que un día dijo que las playas y los
hoteles serían para el disfrute del pueblo, pero... ¿qué pasó
después de casi 42 años? De nuevo se observa cómo la
mentira se impone en nuestra realidad.
La verdad nos liberará de la tiranía más antigua del
mundo. Sólo hay que decir ¡no! a la mentira. La mentira fue impuesta
por la fuerza y el terror la afianzó dentro de muchos cubanos, los mismos
que en el marco familiar o entre amigos se expresan contrarios a la opresión,
pero que asisten a los manipulados actos con que el régimen comunista
engaña al mundo en un falso escenario de legitimidad porque -según
ellos- se perjudicarían, perderían su trabajo, los castigarían
a una plaza de menor salario o se lo reflejarían en sus expedientes
laborales.
Después de ver tanta falsedad, se podrá comprender que ésta
es una sociedad donde se miente para subsistir y eso demuestra la pobreza de espíritu
que el cubano tiene que vencer.
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