Perdónalos, Señor
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, abril - En Europa, después del derrumbe del campo socialista, desapareció como por arte de magia la información en los medios cubanos de la evolución política de los países que lo integraban sobre todo los que tuvieron éxito en la
transición del comunismo a la democracia. Entre ellos se encuentra la República Checa de la que intencionalmente o no nuestro pueblo posee escasa o ninguna referencia.
De que la ignorancia mata a los pueblos pude percatarme cuando una periodista entrevistaba a varios jóvenes que se disponían a desfilar frente a la sede de la embajada de la República Checa en La Habana. El motivo era "protestar contra el gobierno (checo) lacayo y
marioneta del imperialismo" frase que, como fieles autómatas del Sumo Líder, repitió cada uno de los entrevistados. Los estudiantes se referían a la antigua Checoslovaquia socialista como si el tiempo no hubiese trascurrido y mucho menos la Revolución de
terciopelo en 1989. Por supuesto que la Resolución presentada en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra no se ha divulgado por lo que los manifestantes desconocían los fundamentos de la condena.
No debe sorprender a quienes se han educado en democracia que hayan desfilado, según cifras oficiales, 120 mil habaneros pues el totalitarismo se caracteriza por su excelencia en la manipulación de los pueblos exacerbando sentimientos nacionalistas y de superioridad ideológica.
Por ejemplo, el entrevistado más elocuente fue Hassán Pérez, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), quien aseguró que Cuba es la nación donde más se respetan los derechos humanos en el mundo.
Nuestro pueblo ha sido educado en la intolerancia y el pretexto o tela de fondo son los Estados Unidos. Es decir, toda protesta está basada en una acusación a ese país y, más allá de la actitud positiva o negativa de éste, el sustento del comunismo
en Cuba no puede seguir basándose en el antiamericanismo. La legitimidad del gobierno cubano debe fundamentarse en el respeto a la libertad y no en el ataque desmedido a Norteamérica.
A través de los medios de difusión se intenta infundir la idea de que la Resolución de la República Checa fue motivada por los Estados Unidos lo cual es evidentemente falso. Pero no podían buscar otra justificación más efectiva para convocar a
las masas que culpar al imperialismo de la actitud libre de los checos de decir lo que ellos consideren.
Menos mal que los checos conocen bien el comunismo y mejor sus artimañas. Me imagino a los que se encontraban en la embajada el día del desfile mirando por los cristales a las multitudes enardecidas, diciendo: "Señor perdónalos, porque no saben lo que hacen".
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