AREQUIPA, Perú – El doctor Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, originario de Sancti Spíritus, destacó como eminente médico y educador en Cuba. Su excelencia como docente y médico lo distinguió, siendo reconocido por su vasta cultura en disciplinas como Física, Filosofía, Botánica, Matemática y Química.
Además de poseer habilidades lingüísticas, dominando cuatro idiomas, su legado también incluye contribuciones significativas en ámbitos científicos, patrióticos y literarios, dejando evidencia escrita de sus logros.
Pro ejemplo, Vicente Antonio realizó la traducción, edición y agregó notas al Tratado de Química de Lassaigne, libro que fue texto oficial de la Universidad de La Habana.
Tras obtener su licenciatura y doctorado en Medicina en 1837, se destacó como profesor en diversas disciplinas médicas, incluyendo Anatomía. Es considerado precursor en áreas como Patología, Clínica Médica, Fisiología, Obstetricia, Anestesiología y Anatomía en Cuba.
En 1842, junto a Justino Valdés Castro, fundó el Boletín Científico, que luego se fusionó con Repertorio Médico Habanero en 1843. Cuatro años después, anunció haber utilizado por primera vez en Cuba las inspiraciones de éter en cirugías, convirtiendo al país en el primero de América Latina en adoptar regularmente la anestesia en procedimientos quirúrgicos.
Mas allá de sus contribuciones en medicina, el Dr. Vicente Antonio de Castro y Bermúdez destacó como educador, introduciendo técnicas diagnósticas como la auscultación y la percusión.
Asimismo, promovió la anatomía patológica y realizaba autopsias para respaldar sus diagnósticos. también impartía clases gratuitas en su hogar, abordando temas como Obstetricia, Anatomía, Fisiología y Patología.
En el ámbito literario, fundó La Cartera Cubana, una revista que publicó obras de prominentes escritores del siglo XIX.
Si bien fue buen médico, científico, poeta y periodista, el doctor fue masón y un destacado patriota, igualmente desempeñó un papel importante en los movimientos de conspiración que tendrían como desenlace el estallido de la guerra de 1868.
Vicente Antonio falleció el 12 de mayo de 1869, dejando una impronta que lo hace figurar entre los más grandes pensadores cubanos; reconocimiento ganado justamente porque supo desde el cuerpo masónico que dirigió sintetizar desde el mismo un proyecto democrático-republicano y por todos los aportes que hizo en las diferentes áreas del saber donde se destacó.
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