MIAMI, Estados Unidos. – El almiquí cubano (Solenodon cubanus), un peculiar mamífero que ha habitado el planeta por más de 70 millones de años, sobreviviendo incluso a la extinción de los dinosaurios, se encuentra ahora en grave peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En la actualidad, su población está confinada a un solo lugar: la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa y los parques nacionales Alejandro Humboldt y Pico Cristal en Cuba.
Este pequeño animal, calificado como “fósil viviente” por la revista National Geographic, presenta una apariencia similar a la de una musaraña y un comportamiento parecido al de un oso hormiguero. Sus crías, normalmente una o dos, permanecen con la madre durante meses después del nacimiento. El almiquí posee una trompa extensible con un agudo sentido del olfato, y está cubierto de espinas. Su dieta es carnívora: consume principalmente lombrices de tierra, insectos y pequeños vertebrados.
La principal amenaza para la supervivencia del almiquí cubano es la pérdida de su hábitat debido a la deforestación y la minería, así como la depredación por parte de animales introducidos y la caza furtiva. Además, la concentración de toda su población conocida en un solo lugar aumenta su vulnerabilidad.
A pesar de las adversidades, los esfuerzos para conservar el almiquí están en marcha. Un proyecto conjunto de investigadores cubanos y japoneses lanzado en 2014 busca desarrollar programas de monitoreo a corto y largo plazo y llamar la atención de la comunidad científica y conservacionista internacional sobre la necesidad de proteger a este raro mamífero. Sin embargo, es crucial que se tomen medidas adicionales, incluyendo la educación ambiental y la protección y restauración del hábitat del almiquí para garantizar su supervivencia a largo plazo.