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Sacerdote Ifá: Hay muchos casos de abusos sexuales que generalmente no se denuncian

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MIAMI, Estados Unidos. – A raíz de las denuncias de presuntos abusos sexuales contra el trovador cubano Fernando Bécquer, quien usaba la santería para agredir a sus víctimas, el sacerdote Ifá Víctor Manuel Betancourt dijo a CubaNet que todos los años surgen “muchos casos [de abusos] que generalmente no se denuncian. Son los pocos los que se denuncian”, acota.

Para el sacerdote, el abuso sexual de las mujeres dentro de la religión “muchas veces queda nada más como que es un problema personal. O si es el caso de una mujer que fue aprovechada [sic] quizás se lo cuenta al marido o quizás no se lo cuenta por pena, porque el marido puede decir ‘¿Quién te mandó a ir a casa de ese babalawo?’ (…). Sucede muchas veces hasta que el marido no es ni religioso. Y entonces [a la mujer] le da pena contar. Denunciar casi nunca se denuncia”, explica el religioso.

El pasado 8 de diciembre aparecieron en la revista El Estornudo los testimonios de cinco mujeres cubanas que denuncian a Bécquer por presuntos abusos sexuales. Todas reconstruyeron el modus operandi del trovador habanero, quien presuntamente proponía hacerles una “limpieza” ―un ritual religioso mediante el cual las personas podrían deshacerse de las malas energías, según la regla de Osha― y terminaba realizándoles el sexo oral o pidiéndoles que que se lo realizaran a él. También se masturbaba frente a ellas.

Betancourt precisó a CubaNet que existen “muchos ritos” que “se prestan” para cometer abusos sexuales. “Hay muchos pedófilos y muchos corruptos, hay muchos titimaníacos, que son religiosos y entonces tienen la tremenda oportunidad en todos estos ritos para hacerlos [los abusos]”, dijo. 

En ese sentido, Michel Herrera Jova, un babalawo también consultado por CubaNet, menciona el rito de rompimiento o “quizás algún tipo de baño de sangre, el llamado feyegbale, donde la persona evidentemente debe estar desnuda”.

Este religioso también señala que hay “babalawos que [se] aprovechan de la consulta para sugerir, en el caso de una mujer, este rito y entonces, en ese momento, se aprovechan [de] que quizás la mujer tiene que desnudarse (…). Ya eso se ve hoy en día como nada, como algo [por lo] que quizás se dan méritos. Ocurre no de ahora [sino] de hace mucho tiempo. Siempre han habido personas quizás con este tipo de mente morbosas”, refiere. 

Por su parte, Betancourt considera que las personas llegan a “creer ciegamente todo lo que dice su Oluo siwayu [babalawo con la más alta consagración, quien recibe Igba Oddú, y que muchas veces actúa como ‘padrino’ de otros religiosos]. Entonces, ese poder que tienes tú otorgado por tu iniciación, otorgado por Olodumare, por tu ángel de la guardia, no debes utilizarlo en contra de nadie”, sostiene.

Por otro lado, Herrera Jova cree que las redes sociales han hecho proliferar a muchos “impostores” que utilizan la información disponible en internet “para hacerse pasar quizás por babalawos” y usar la religión con fines poco éticos. En ese sentido, dice, “lo más que pueda hacer quizás un padrino es retirarle los atributos religiosos” al impostor, de tenerlos.

La publicación de “Cinco denuncias de abusos sexuales contra Fernando Bécquer” en El Estornudo y su amplia repercusión en otros medios y redes sociales puso en el debate el uso de la religión para cometer abusos sexuales así como el tema de las prácticas machistas que persisten entre grupos de creyentes.

En ese sentido, algunas voces que se han pronunciado acerca del caso, como la cantautora Rita del Prado, han pedido que no se culpe a todos los religiosos por el proceder de Bécquer. “Que la acusación [de abusos sexuales] a la que me refiero sea contra un humorista trovador religioso, que calculaba muy bien los detalles del escenario y las circunstancias del abuso, no describe ni al mundo de la trova, ni del arte, ni de la religión. Esas son dimensiones espirituales y vitales, que trascienden el comportamiento tóxico de los individuos”, escribió la artista en su muro de Facebook. 

También en ese sentido, el sacerdote Ifá entrevistado por CubaNet recordó que existen muchas variaciones dentro de los grupos religiosos. “Nuestras leyes son particulares”, explica Betancourt. “Yo muchas veces comparo a Ifá con los diferentes países: hay 256 países ―para mí― dentro de Ifá; cada uno tiene sus leyes, su constitución, sus costumbres. Entonces cada babalawo es una entidad particular. Tiene sus propias leyes. Y muchos a veces que cometen estos delitos [que] están prohibidos dentro de su propio círculo (…) lo hacen porque no tienen la conciencia religiosa suficiente para poder entender que lo que están haciendo está mal y va a tener, por supuesto, consecuencias”.

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