LA HABANA, Cuba.- Un motorista, impedido físico, fue agredido violentamente por un policía cubano. La agresión generó una contundente repulsa por parte de la población. “Corrupto, descarado, abusador…” le gritaron al policía varias decenas de testigos presenciales, que exigían justicia tras la violenta agresión.
El policía, al que identifican como Omar y según testigos es el jefe de los jefes de sectores en el Consejo Popular La Palma, agredió al motorista, de nombre Abraham, quien hace un año había quedado impedido físico a causa de un accidente en moto.
La agresión ocurrió en horas de la tarde de este miércoles 16 de octubre en la céntrica intersección donde confluyen las calzadas de Managua, Bejucal y 10 Octubre, en la barriada conocida como La Palma, perteneciente al capitalino municipio de Arroyo Naranjo.
Al momento de redactar este reporte Abraham Alí Mohamad Martínez, según declaraciones de Carlos Rivero, quien se identifica como su hermano de crianza, se encuentra en el calabozo de la unidad de la PNR del Capri bajo un supuesto delito de desobediencia.
Elizabeth Martín Pérez, esposa de Mohamad Martínez, aseguró a CubaNet que su esposo se “encuentra preso en los calabozos del Capri con un yeso en la pierna, pues tras la agresión recibida sufrió una fractura, y además tuvieron que darle cuatro puntos en la quijada”.
Omar Salas, un amigo de la víctima y testigo presencial de la violencia de que fue objeto, se personó en la referida unidad de la PNR para declarar a favor de la víctima, pero quedó igualmente detenido, según declararon la esposa de la víctima y Mileydis Duarte, otra testigo.
Tampoco, refiere la esposa de la víctima, no les dejaron tomar fotos del Certificado Médico de Lesiones emitido en el Hospital Julio Trigo, donde recibió los primeros auxilios.
“A mi esposo no me dejan pasarle ningún medicamento, está rabiando del dolor, y tampoco me dejan pasarle ninguna merienda. El colmo, me acaban de avisar que para salir tiene que pagar una fianza de 3 mil pesos…”
En la unidad, asegura, “fuimos maltratados por el policía que nos atendió, que se identifica con la chapilla 09577, y tampoco dejaron declarar a Mileydis Duarte, que estuvo presente en el momento de los hechos…”
Por su parte, Mileydis Duarte contó que ella estaba parada en el semáforo cuando el policía agredió a la víctima, “iba para la notaría y el venía con unas piezas de moto en la mano que había comprado, no se encontraba boteando, y había parqueado la moto junto a los demás motoristas, lo sé porque delante de mí él se lo explicó al policía…”
Prosigue: “se montó en la moto, y justo cuando va a salir el policía lo agarra por el pullover y lo hala, él se cae para el piso producto ̶ según supe ̶ de la lesión dejada por un accidente de hace un año, la moto ̶ que al caer se aceleró y sufrió varios daños ̶ le cayó arriba y le provocó ambas lesiones…”
“Indignada por semejante abuso me fui para la estación de policía, pero al llegar fui maltratada, en primer lugar, por el propio policía. Me dijo en manera grosera y amenazante: ´lo mejor es que te vayas´. Luego la oficial de la carpeta me dijo, ´siéntate allá afuera que si nosotros entendemos te llamamos para tomarte declaración´, tras dos horas me tuve que ir porque tengo niños chiquitos…”
Para concluir, refiere Duarte, “la policía en moto que se personó en el lugar de los hechos fue maltratada también cuando, convencida de la pésima actitud del policía, intentó abogar en favor de la víctima…”
La Palma, en Arroyo Naranjo, se ha convertido en una piquera donde se agrupan varias decenas de motoristas dedicados a brindar servicio de taxi en los alrededores, aunque son constantemente asediados por fuerzas conjuntas de la policía y el Departamento Integral de Supervisión y Control (DISC), debido a que estos –presuntamente– ejercen una “actividad económica ilegal” al no poseer la respectiva licencia operativa.
Duniel, uno de los motoristas de la piquera asegura que “los únicos culpables son ellos, no nos quieren dar licencia, no a nosotros, a nadie, siempre es un pretexto y nosotros más que nada, resolvemos el problema que ellos no pueden…”
Otro de los motoristas, que dice llamarse Alfredo, plantea que “es abusivo lo de este policía, abusa hasta con los impedidos físicos, pero con los grandotes y fuertones que se reúnen aquí no se mete, los trata como si fueran damas…”
Entretanto, María del Carmen, una vendedora de los alrededores, aseguró que “este policía se dedica a eso, la tiene cogida con los boteros… con los que vendemos chucherías… parece que es algo patológico en él, enfermizo, trabajamos como en una película, o me pagas o no eres protegido…”
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