MIAMI, Estados Unidos.- Cerca de 17 000 estudiantes se graduarán el 5 de mayo en el Miami Dade College (MDC), el centro universitario con más alumnos de todo Estados Unidos, cuyo presidente, Eduardo J. Padrón, defiende que no es una fábrica de títulos, sino la “puerta a la oportunidad” de desarrollar el talento.
“El talento es universal, la oportunidad no”, subraya Padrón en unas declaraciones a Efe con motivo de la ceremonia de graduación que tendrá lugar el sábado.
Los casi 17 000 estudiantes que recibirán el diploma de graduados provienen de los ocho campus de esta universidad pública y se repartirán en cinco ceremonias, pues sería difícil hacer una sola no solo por espacio sino por el tiempo que llevaría y la logística.
En esta promoción están representados más de 190 países y más de 90 idiomas, según este centro universitario que abrió sus puertas en 1960, cuando miles de cubanos llegaban a Miami huyendo de la revolución castrista.
Ahora MDC presume de tener 165 000 alumnos matriculados y de que el 93 % de los que se graduan no está endeudado económicamente.
Padrón señala que la cantidad de alumnos no tiene por qué estar reñida con la calidad de la enseñanza impartida y defiende la filosofía de MDC frente a la de universidades “elitistas” que, según dice, “solo dan oportunidades a los que cuentan con buenos recursos familiares o una buena base educacional”.
A su juicio no solo es una cuestión de principios el ser accesible a un mayor número de personas, también es “extremadamente beneficioso”, pues cuando a una persona se da una oportunidad muestra su aprecio con “dedicación, tesón, esfuerzo y sacrificio”.
Historias como la de Lucas Rengifo-Keller, que llegó desde Venezuela con 9 años y hoy tiene 21, le dan la razón.
Rengifo-Keller se graduará en Economía este sábado y ahora espera que la Universidad de Georgetown le acepte para llegar a trabajar algún día como economista en el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional y dedicarse a ayudar a que los países en vías de desarrollo enfrenten retos sociales y derroten a la pobreza.
El haber tenido que “huir” de Venezuela, donde su familia pertenecía a la clase media y tenía educación pero la crisis les ha dejado sin nada, y el contraste con la vida en Estados Unidos le ha influido a la hora de decidir qué estudiar, dice.
También Julio Pardo, un cubano de solo 17 años que tras estudiar en MDC ha sido aceptado en la Universidad de Harvard, está interesado en la economía, aunque como un complemento para su verdadera vocación, que es el Derecho.
Llegado a EE.UU. en 2011 con seis años y sin hablar inglés, idioma que hoy habla como un nativo, Pardo quiere ser un abogado especialista en resolver disputas corporativas o casos civiles.
Víctor Garnica es de origen colombiano pero nació en Estados Unidos y es el primero de su núcleo familiar en ir a la universidad. Antes estuvo seis años en los “marines” y en 2013 participó en Japón en las labores de ayuda después del terremoto, el tsunami y el escape radiactivo.
Tras dejar las Fuerzas Armadas, Garnica decidió cursar estudios de negocios en el MDC. Su objetivo es obtener una maestría en Administración de Empresas y ser profesor de Economía.
(EFE)