LA HABANA, Cuba.- Si nos atenemos a los resultados del deporte cubano durante el período en que Antonio Becali fungió como presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), a nadie debe extrañar que haya sido “tronado” sin consideración.
Los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde Cuba perdió su histórico segundo lugar en el medallero; las olimpiadas de Río de Janeiro 2016, también con descenso en la posición por países; y por último los Centroamericanos de Barranquilla 2018, cuando la isla fue prácticamente humillada por la representación de México, marcan el triste paso de Becali por la dirección del deporte cubano.
Por otra parte, una infinidad de problemas e insatisfacciones rondan al movimiento deportivo cubano. El béisbol, nuestro deporte nacional, va de mal en peor, y no se acaba de hallar una estructura adecuada que armonice los intereses de las series nacionales con la participación de Cuba en sus compromisos internacionales.
Desde hace algunos años, el mundo del ciclismo reclama la restauración de la Vuelta a Cuba con participación de pedalistas extranjeros, que coadyuven al desarrollo de nuestros ciclistas. Pero los jerarcas del deporte cubano se han limitado, de forma intermitente, a celebrar un remedo de vuelta Guantánamo-Habana, y sin participación foránea.
¿Y qué decir del ajedrez? Casi es un secreto a voces que la marcha al exterior de las principales figuras de ese deporte fue provocada, en buena medida, por desavenencias con la dirección del INDER. Son solo algunos ejemplos de las tribulaciones afrontadas por el deporte en la isla durante el mandato de Antonio Becali. Además, habría que agregar las deserciones en otras especialidades, así como las políticas incorrectas que se aplican con respecto a la contratación de atletas cubanos en el exterior.
Sin embargo, y no obstante lo anterior, un elemento apunta hacia la sorpresa. Porque tan solo 12 días antes de que un comunicado oficial anunciara la “democión de Becali debido a deficiencias afrontadas en su trabajo”, un recuadro aparecido en la versión impresa del periódico Granma (edición del sábado 23 de febrero) informaba que el señor Becali había sido seleccionado como vicetitular del Consejo Iberoamericano del Deporte (CID). Tras recibir la designación, Becali escribió en su cuenta Twitter: “Lejos de cualquier mérito personal, es un reconocimiento a la obra de la Revolución en un sector devenido derecho del pueblo como fruto de la concepción de nuestro Comandante en Jefe Fidel”.
Cuesta trabajo creer que Becali, a la hora de recibir semejante distinción, no contara con el total respaldo de las máximas autoridades cubanas. Por ello nos inclinamos a pensar en un “chivatazo” de último momento que pudo haber dado en el Consejo de Estado la comisionada nacional de atletismo Yipsi Moreno, ya que la ex martillista es miembro de esa cúpula del poder en la Isla.
Mas, sea de una u otra manera, el episodio es otra muestra de las desventajas de las sociedades cerradas como la cubana. En otros lugares los medios de comunicación podrían recoger declaraciones de Becali, y así nos enterábamos de la verdad. Aquí en Cuba, en cambio, solo quedan las especulaciones, pues todo terminó con la versión oficial. Otro ejemplo más del final que puede esperarles a los funcionarios del castrismo que caigan en desgracia.