GUANTÁNAMO, Cuba. – El Centro Provincial de la Música de Guantánamo, “Lily Martínez Griñán”, perteneciente a la Dirección Provincial de Cultura, estuvo casi seis meses sin pagar el salario a un grupo de músicos, lo cual provocó gran malestar entre los perjudicados.
El incumplimiento de la obligación de pago a los trabajadores fue resuelto esta semana. A algunos de esos artistas la entidad no les había pagado por el trabajo que hicieron durante los carnavales del pasado mes de agosto. Según comentarios escuchados por este corresponsal, a otros les debían hasta el trabajo realizado en el Festival del Changüí, celebrado mucho antes.
La situación contrasta con las cifras que la entidad ha erogado para retribuir a artistas foráneos, sobre todo a los procedentes de la capital del país.
Según informaciones recibidas por CubaNet, el Festival “Chocolate con Café”, un proyecto liderado por el cantante Waldo Mendoza- cuya última edición se realizó en octubre pasado- tiene incidencia en el problema, pues absorbe gran parte del presupuesto destinado al pago de los músicos adscriptos al Centro Provincial de la Música.
El pasado 21 de enero CubaNet tuvo acceso a tres de los músicos perjudicados por esta situación, quienes ofrecieron sus testimonios con la condición de que no se revelara su identidad.
El primero, visiblemente molesto, dijo: “La administración nos prometió que iba a pagarnos antes de que terminara el 2018 y no lo hizo. A algunos músicos todavía no les han pagado su participación en los carnavales del año pasado, algo realmente inconcebible”.
Preguntado acerca de la actuación de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Cultura ante esta flagrante violación del Código del Trabajo, el segundo de los músicos consultados respondió: “El Sindicato no puede hacer nada pues no tiene ningún poder para resolver esta situación. Ante casos como este uno se pregunta para qué sirve estar afiliado. Ellos dicen que han insistido ante la administración pero que no hay dinero para pagarnos. Y eso es lo que nadie entiende, pues, ¿por qué a nosotros, los que nos pasamos el año entero tocando para los guantanameros, no pueden pagarnos y a los músicos que vienen de La Habana sí? Todos los que participaron en el Festival “Chocolate con Café” se fueron con sus cheques, y muy bien pagados. Puedo afirmar que la cifra de dinero que se pagó a los pocos que participaron en la primera edición de ese festival en el 2017 fue escandalosa teniendo en cuenta la situación de nuestra economía, y entre ellos no estaban Omara Portuondo, Chucho Valdés, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Hernán López Nussa ni Los Van Van. Yo no me opongo a que quienes vengan de otras provincias reciban el pago que merecen según su calidad, pero no es justo lo que están haciendo con nosotros”.
El tercero de los entrevistados aseguró que llevaba dos meses pidiendo dinero prestado a sus padres y a un hermano para ayudar al sostenimiento de su familia, formada por cinco personas: “Ya no sé qué voy a hacer. ¿Cómo es posible que una entidad estatal se halle en una situación como esta? Lo más duro del caso es que tenemos que aguantar callados porque si protestamos o nos negamos a trabajar pueden dar por terminado el contrato o botarnos y no pasa nada porque la soga siempre se rompe por la parte más débil y esa somos nosotros. Desgraciadamente, no tenemos a nadie a quien acudir para reclamar nuestros derechos y eso molesta mucho, más en estos momentos, cuando los medios hablan tanto del respeto a la institucionalidad, eso que lo crea otro pero conmigo no va, ¡y luego te piden que votes por el sí!”, concluyó, refiriéndose a la agobiante campaña gubernamental incitando a refrendar la nueva Constitución comunista en el referendo convocado para el próximo 24 de febrero.
En horas de la noche de este miércoles 30 de enero CubaNet abordó a un cuarto músico en las cercanías de la Casa de la Trova “Benito Odio”. Luego de advertir que no quería problemas y que por tanto no se publicara su nombre, dijo: “Después de casi seis meses se resolvió algo que nunca debió ocurrir y que demuestra falta de respeto hacia nuestro quehacer artístico. Ojalá no se repita, pero lo dudo, porque los atrasos con el pago del salario se han convertido en algo normal para la administración. Es una violación de la legalidad que pone en peligro la estabilidad económica de nuestras familias en un momento donde los productos alimenticios escasean o no aparecen y sus precios se han disparado”, concluyó.
Los testimonios expuestos por estos músicos revelan su preocupación y disgusto ante algo que se reitera desde hace varios años, aunque nunca antes se había prolongado tanto.
Quienes ofrecieron sus impresiones coincidieron en que el Festival “Chocolate con Café” tiene incidencia en lo ocurrido. Si ello es real demuestra, una vez más, la endeblez de la planificación económica dentro del sistema de la cultura, pues ya sabemos que no son los músicos los únicos que sufren desaguisados como este.
Hasta ahora el festival de marras es nacional, ¿qué pasará con el salario de estos músicos a partir de la próxima edición cuando, según se ha anunciado, tendrá alcance internacional?
Si la bendita planificación socialista continúa sin cumplir sus objetivos y el Sindicato de Trabajadores de la Cultura y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) siguen haciendo como los tres monosabios, seguramente los músicos guantanameros continuarán sufriendo las consecuencias de un chocolate con café bastante revuelto.
Y remedando el refrán, ya se sabe que en esa revoltura siempre hay ganancias para alguien, aunque en este caso “los pescadores” no sean precisamente los músicos que, desde aquí, pasan todo el año defendiendo la cultura guantanamera. Son ellos quienes más merecen las ganancias, pero, desgraciadamente, son los más perjudicados.