AREQUIPA, Perú – La historia de Estados Unidos está llena de personas cuyas contribuciones han tenido un impacto significativo en la sociedad, la política y la cultura. Entre ellos, hay cubanos cuyas acciones e impronta fuera de la Isla ayudaron moldear el panorama del siglo XX en el gigante del norte. A continuación, CubaNet destaca la trayectoria de tres de esos destacados nacionales:
Desi Arnaz
El actor y músico cubano Desi Arnaz nació en Santiago de Cuba el 2 de marzo de 1917. Muy joven emigró junto a su familia a Estados Unidos, donde su sacrificio y talento lo llevarían al éxito.
Decidido a desarrollarse en el mundo de la música y el espectáculo, comenzó como guitarrista del Sexteto Sibone, para luego, en 1937, crear su propia banda: la Orquesta Desi Arnaz, con la que introdujo la conga al público estadounidense.
En 1939 le ofrecieron un papel para el musical de Broadway “Too many girls”, que lo condujo a Hollywood al año siguiente para actuar en la versión cinematográfica. Allí conocería a su futura esposa, la actriz Lucille Ball.
Con ella formó uno de los dúos más famosos de la televisión norteamericana; gracias al programa “I love Lucy”.
En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, se alistó en el Ejército, pero antes había rodado 4 películas. A finales de los ´40 grabó varios éxitos musicales, entre ellos su single “Babalu”.
Con su esposa Lucille Ball, en 1948, fundó la productora “Desilu Productions”, que llegó a ser la segunda más grande de Estados Unidos, y con la que produjeron varios shows exitosos. En 1960 se separó de su esposa y le vendió su parte de la compañía.
Desi Arnaz murió en Hollywood en 1986 debido a un cáncer de pulmón.
Celia Cruz
La salsera cubana Celia Cruz, reina indiscutible del género, hubiese cumplido el pasado 21 de octubre sus 98 años.
La vida es un carnaval es uno de los temas más internacionalizados de Celia: una oda a la alegría, el desenfado y el optimismo que la cantante compartió como filosofía de vida. Así, de forma carnavalesca, popularizó su arte desde los primeros compases de su carrera.
Si bien en un inicio “la Guarachera de Cuba” coqueteó con la idea de ser maestra y se encaminó en esa dirección, pagar como estudiante por sus materiales escolares la llevaron a concursar en la radio, donde la Isla descubriría su más grande aptitud: el canto.
Su talento la llevó a sustituir a Mirta Silva, la cantante principal de la Sonora Matancera, orquesta más popular del momento. Dentro de la agrupación Celia Cruz trabajó por 15 exitosos años y conoció a su gran amor, el músico Pedro Knight, junto a quién pasaría el resto de su vida.
Con el triunfo de la revolución castrista, devenida en dictadura, la artista manifestó su oposición y tras un viaje a México en 1960 nunca volvió a la Isla, pues el Gobierno la consideraba una persona no grata en Cuba.
Tanto fue el antagonismo estatal que, al morir su madre, a Celia no le permitieron la entrada al país, lo cual provocó una radicalización por parte de la cantante en contra de los desmanes del régimen de La Habana.
Desde entonces, la reina salsera es considerada un símbolo del exilio cubano y se hizo famosa con canciones como La negra tiene tumbao, La vida es un carnaval, Ríe y llora, Oye como va, Que le den candela y Burundanga.
La más universal de las cubanas fue aclamada por su voz, su manera extravagante de vestir y su proyección fresca sobre los escenarios.
Tras su fallecimiento, muchos han sido los homenajes póstumos que ha recibido la artista. Entre los más recientes, el alcalde de Nueva York declaró el 16 de julio como el Día de Celia Cruz, coincidiendo con la fecha de su muerte.
Jorge Mas Canosa
El empresario cubano Jorge Mas Canosa, personalidad clave en la lucha contra el régimen en la Isla, nació en Santiago de Cuba en una familia de clase media, mostrando desde muy joven su abierta oposición a Fidel Castro, motivo por el que dejó el país en 1960.
En 1959, con la llegada de Castro al poder, había sido encarcelado, acusado de “contrarrevolucionario”. Al ser liberado, se trasladó a Estados Unidos.
Desde entonces y hasta su muerte Jorge Mas Canosa dedicó su vida a luchar por la democracia y la libertad de Cuba, lo que lo llevó a convertirse en líder del exilio cubano en Miami.
Tras su llegada al país norteño se graduó como alférez en el ejército estadounidense, pero dejó a un lado lo militar para enfocarse en sus proyectos empresariales.
En 1969 hizo un trato con el dueño de Church & Tower, empresa de servicios telefónicos que se encontraba en crisis. A cambio de la mitad de su posesión, se comprometió a lograr levantar la compañía. Gradualmente, Church & Tower fue creciendo y para 1980 tenía unos ingresos anuales de $40 millones.
Entre sus tantas acciones sobresalen la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) en 1981, y de la emisora Radio Martí en 1985.
En 1992, luego de que el huracán Andrew impactara en el sur de la Florida, Mas Canosa desarrolló un programa para ayudar a las comunidades afectadas.
En diciembre de 1996 Mas Canosa fue diagnosticado con el mal de Paget, padecimiento óseo que lo llevaría al fallecimiento el 23 de noviembre de 1997, a sus 58 años.
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