MADRID, España.- La iglesia Parroquial del poblado de Santa María del Rosario, fundado en el siglo XVIII por el Conde José Bayona y Chacón (1676-1759), en el actual municipio capitalino del Cotorro, fue bautizada como “la catedral de los campos” ─luego se le añadiría de Cuba─ por ser uno de los templos rurales más espaciosos y ornamentados de la Isla.
Pero la primitiva capilla (construida en vida del Conde) era más sencilla. En La visita eclesiástica el obispo e historiador Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, que recorriera el país entre 1754 y 1757, la describe: “La Iglesia es de piedra y texa, baxa (sic) y reducida: consta de tres naves que corren de Oriente a Poniente (…) incluye siete Altares mui (sic) decentes, Púlpito, Coro alto y Órgano: la Sachristía (sic) queda a las espaldas con nueve varas de largo (…) las Campanas que son tres están sobre un torreoncillo de madera a la entrada de la Sachristía”.
Pero la actual edificación, apunta Joaquín E. Weiss en su libro La arquitectura colonial cubana. Siglos XVI al XVIII, se levantó entre 1760 y 1766 bajo la dirección del arquitecto José Perera, quien logró “una composición bien balanceada y de airosa silueta y produjo una obra que en muchos aspectos supera a las iglesias de las misiones españolas en América del Norte”.
Entre sus valores merecen destacarse las pinturas del artista plástico habanero José Nicolás de Escalera (1734-1804), cuatro decoraciones sobre tela que adornan las pechinas (elemento arquitectónico en forma de triángulo curvo) de la cúpula, tres de temas religiosos y otra compuesta por retratos de la familia de los condes de Casa Bayona.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, a unos 20 kilómetros de la ciudad de La Habana, fue declarada Monumento Nacional en 1946 por el Congreso de la República, condición que se le ratificaría en 1990 por la Comisión Nacional de Monumentos.